En la madrugada del 5 de julio de 2016 la sonda Juno de la NASA efectuaba sin problemas la maniobra de inserción orbital que la colocó en órbita alrededor de Júpiter. Esta maniobra la dejó en una órbita de captura inicial de 5.000×8 millones de kilómetros de 53 días de duración.
Los planes originales decían que Juno tenía que recorrer dos de estas órbitas y que el 19 de octubre de ese mismo año, durante su máxima aproximación a Júpiter en la segunda de esas órbitas, encendiera sus motores para entrar en su órbita de trabajo prevista de 5.000×1,9 millones de kilómetros y 14 días.
Pero dudas acerca del funcionamiento de un par de válvulas del sistema de propulsión llevaron a la NASA a posponer esa maniobra de corrección orbital y, finalmente, a cancelarla por completo. Obviamente es mucho mejor tener una sonda funcionando y bajo control, aunque sea en una órbita no óptima, que perderla intentando cambiar esa órbita. Esa decisión implicaba que Juno necesitaba más tiempo para conseguir todos los datos que la misión necesitaba, ya que al no acercarse tanto al planeta los datos que recoge tienen menos resolución.
Y visto que la sonda sigue funcionando perfectamente y recogiendo datos que nos están revelando cosas sorprendentes sobre Júpiter un comité externo de expertos recomendó a la agencia en abril de este año mantener la misión operativa, recomendación que según se puede leer en NASA Re-plans Juno’s Jupiter Mission la agencia ha decidido seguir.
Con esto Juno tiene hasta julio de 2021 para terminar la recolección de datos –luego se desintegrará en la atmósfera de Júpiter para no contaminar ninguna de sus lunas– y la misión tiene luego hasta finales de 2022 para analizarlos. Esto son 41 meses en órbita más de los originalmente previstos.
Juno es la segunda sonda, tras Galileo, que henos puesto en órbita alrededor de Júpiter. Sus instrumentos están diseñados para analizar la composición de la atmósfera de Júpiter, lo que entre otras cosas quizás nos permita averiguar si tiene o no un núcleo sólido bajo su manto de nubes. Obtendrán también mapas detallados de su campo magnético, de sus emisiones de radiación, y de su campo gravitatorio. La idea es que todo eso nos ayude a saber más del origen de nuestro sistema solar, ya que a fin de cuentas Júpiter no es más que una estrella que se quedó pequeña y nunca llegó a encenderse.
Juno está en Twitter como @NASAJuno.