Por @Wicho — 9 de septiembre de 2022

Personal de la NASA trabajando en la reparacón del SLS en la plataforma de lanzamiento. Se ven un par de personas, un andamio, y las cubiertas que están instalando para proteger la zona en la que van a trabajar
Personal de la NASA trabajando en la reparación del SLS – NASA

Tras analizar las distintas opciones que tiene, la NASA ha decidido que intentará reparar en la plataforma de lanzamiento el cohete SLS de la misión Artemisa I. Bueno, técnicamente al cohete no le pasa nada. Lo que tiene que reparar es la conexión entre las TSMU (Tail Service Mast Umbilicals, Umbilicales de servicio de cola) y el cohete. Es la que resultó dañada por un exceso de presión durante la carga de propelentes del pasado lunes.

Ilustración del SLS con los TSMU remarcados en rojoLas TSMU son las dos estructuras grises que se ven marcadas en rojo en la imagen de la derecha. Ahí está la fuga de hidrógeno líquido (LH2) que impidió el lanzamiento. Las TMSU también se usan para cargar el oxígeno líquido en la etapa central del SLS. Pero el LOX es mucho menos picajoso y dado a las fugas.

Para la agencia esta decisión tiene bastante lógica, ya que una vez terminada la reparación, pueden hacer una prueba de cómo ha quedado intentando de nuevo cargar LH2 en el cohete. Y eso es algo imposible en el Edificio de ensamblado de vehículos (VAB), que es dónde normalmente se trabaja en los cohetes, simplemente porque allí no hay conducciones ni de hidrógeno ni de oxígeno líquidos. Además de que llevar el SLS de vuelta al VAB y de vuelta a la plataforma de lanzamiento añadiría como un par de semanas al proceso.

Es, salvando todas las distancias, como si decidieran arreglar un coche que tiene una fuga en el depósito de combustible en la propia gasolinera sin llevarlo al taller. Aunque ya sé que en un taller sí que puedes tener bidones de gasolina. Pero para entendernos.

Para poder hacer esa reparación en la plataforma de lanzamiento han montado una especie de tienda de campaña que cubre la parte inferior del cohete y las dos TSMU de la intemperie. El objetivo es tener todo listo para hacer una prueba de carga de propelentes el día 17 de septiembre. E intentar el lanzamiento dentro de la ventana de lanzamiento que va del 19 de septiembre al 4 de octubre.

De hecho la NASA ha pedido el 23 y el 27 de septiembre como fechas para los próximos intentos de lanzamiento. El 23 de septiembre la ventana de lanzamiento, de dos horas, empieza a las 12:47, hora peninsular española (UTC +2). La misión terminaría el 18 de octubre. El 27 la ventana de lanzamiento, de 70 minutos, se abre a las 17:37. El final de la misión sería el 5 de noviembre.

Spaceflight Now tiene una señal de vídeo en directo en la que se puede seguir el progreso del asunto. Más o menos.

Ojo con ese sistema de autodestrucción

Pero –y éste es un pero enorme– el Sistema de autodestrucción del cohete (FTS) ya ha sobrepasado los días para los que está certificado. Es un sistema independiente del resto del cohete y no se puede revisar en la plataforma de lanzamiento, lo que es bastante WTF. Y no se puede lanzar sin un FTS en funcionamiento, pues es el que asegura la destrucción del cohete si se desvía del rumbo previsto y se convierte en un peligro.

De hecho la NASA ya tuvo que pedir a la Fuerza Espacial de los Estados Unidos (USSF), que es de quien depende el Centro espacial Kennedy, un permiso especial para intentar el lanzamiento del pasado lunes. Y es que el requisito en vigor es que el FTS se pruebe 15 días antes del lanzamiento, momento a partir del que empiezan a contar los 20 días para los que está certificado. Eso habría permitido el lanzamiento el 29 de agosto, tal y como estaba previsto, o el 2 de septiembre, que era la fecha alternativa escogida al principio y el último día de validez del FTS. Pero ya no cubría los últimos días de la ventana de lanzamiento, que terminaba el día 7. Así que la NASA solicitó y obtuvo permiso para aguantar hasta los 25 días sin tener que devolver el cohete al VAB para revisarlo para poder hacer el intento de lanzamiento del sábado 3.

Echando cuentas, para el 23 de septiembre el FTS ya llevará 42 días instalado en el cohete, lo que es más del doble de lo certificado. Así que aunque aún no lo ha pedido, parece complicado que pueda conseguir otro permiso para lanzar sin tener que devolver el cohete al VAB para una revisión del FTS. Wayne Hale, que durante años fue director del programa de los Transbordadores espaciales de la agencia, dice que en la inmensa mayoría de las ocasiones en las que solicitó exenciones del estilo la respuesta fue que no.

Así que en esta casa seguimos apostando por la ventana de lanzamiento del 17 al 31 de octubre. Con suerte.

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