Por @Wicho — 22 de diciembre de 2022

La Soyuz MS-22 está a la derecha del todo en esta imagen; a su izquierda está el módulo Nauka con el módulo esférico Prichal en su extremo. Como fondo, la Tierra, que lo ocupa en diagonal dejando apenas un poco de la esquina superior derecha al negro del espacio
La Soyuz MS-22 está a la derecha del todo en esta imagen; a su izquierda está el módulo Nauka con el módulo esférico Prichal en su extremo – NASA/Josh Cassada

Joel Montalbano, director del Programa de la Estación Espacial Internacional para la NASA, y Sergei Krikalev, el director ejecutivo del Programa de Vuelos Espaciales Tripulados de Roscosmos, acaban de ofrecer una actualización sobre el estado de la cápsula tripulada Soyuz MS-22 que, la verdad, ha sido un poco escasa. Aunque mejor eso que guardar silencio.

El pasado día 15 la cápsula empezó a perder refrigerante por una fuga situada en la parte exterior de su módulo de servicio. Con efecto inmediato la fuga obligó a cancelar un paseo espacial en el que Sergey Prokopyev y Dmitri Petelin estaban preparándose para un paseo espacial en el que el objetivo era instalar en su sitio el radiador del módulo Nauka de la Estación Espacial Internacional (EEI). Pero a más largo plazo queda la duda de si la cápsula puede seguir siendo utilizada.

Tanto Roscosmos como la NASA, uno de cuyos astronautas forma parte de la tripulación, están estudiando el tema con datos de telemetría, imágenes tomadas de la cápsula, y sus especificaciones. Pero según han comentado Montalbano y Krikalev aún no ha habido grandes avances, aunque sí contaron alguna cosa:

  • Por ahora parece claro que, por la posición del agujero en la cápsula, no puede haber sido provocado por un micrometeoroide de las Gemínidas, que era una posibilidad que se barajaba. Pero tampoco está claro si puede haber sido otro micrometeoroide o un fallo del hardware. Están evaluando si intentar obtener mejores imágenes para ver si lo pueden determinar.
  • El agujero tiene unos cuatro milímetros en el exterior de la cápsula y menos de uno en la conducción perforada. Pero fue suficiente para perder todo el refrigerante de ese circuito; Roscosmos no pudo cerrarlo en remoto.
  • En caso de necesidad el lanzamiento de la cápsula tripulada Soyuz MS-23, pero sin nadie a bordo, podría ser adelantado en dos o tres semanas, lo que lo colocaría sobre el 20 de febrero de 2023.

Y poco más.

Roscosmos dijo hace unos días que el 27 de diciembre informaría acerca de si la cápsula es utilizable o no, pero veremos si se cumple esa fecha.

En cualquier caso lo más preocupante es que la MS-22, además de su nave para volver a casa, es el bote salvavidas de Prokopyev, Petelin y Frank Rubio, y ahora mismo no se sabe qué podría pasar en caso de tener que utilizarla como tal. Que nunca ha pasado. Pero Murphy es muy cabrón.

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