Por @Wicho — 16 de julio de 2022

Anna Kikina y Andrei Fedyaev firmando documentación tras haber terminado su formación en Rusia – Roscosmos
Anna Kikina y Andrei Fedyaev firmando documentación tras haber terminado su formación en Rusia – Roscosmos

No hay ninguna mención al respecto en la web de la NASA pero la agencia espacial estadounidense y su equivalente rusa, Roscosmos, por fin han firmado un acuerdo para intercambiar plazas en sus cápsulas tripuladas.

Del correo de la NASA que anuncia el acuerdo:

Para garantizar la continuidad de la seguridad de las operaciones de la Estación Espacial Internacional (EEI), proteger la vida de los astronautas y garantizar la presencia continua de Estados Unidos en el espacio, la NASA retomará las tripulaciones integradas en las naves espaciales de Estados Unidos y la nave rusa Soyuz con la corporación espacial estatal rusa Roscosmos. El vuelo de tripulaciones integradas garantiza que haya alguien en la Estación para el mantenimiento esencial y los paseos espaciales. También protege contra contingencias tales como un problema con cualquier nave espacial tripulada, problemas médicos graves de la tripulación, o una emergencia a bordo de la estación que requiera que la tripulación y el vehículo al que están asignados regresen a la Tierra antes de lo previsto.

Las tripulaciones integradas han sido la norma a lo largo del programa de la Estación Espacial Internacional para mantener un funcionamiento seguro de la Estación Espacial. Cinco agencias espaciales (la Agencia Espacial Canadiense, la Agencia Espacial Europea, la Agencia Espacial Europea, la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón, la NASA y Roscosmos) operan la Estación, y cada agencia espacial es responsable de la gestión y el control del hardware que proporciona. La Estación fue diseñada para ser interdependiente y depende de las contribuciones de cada agencia espacial para funcionar. Ninguna agencia tiene la capacidad de de funcionar independientemente de las demás. El acuerdo de no intercambio de fondos incluye el transporte hacia y desde la Estación Espacial Internacional y el apoyo integral a la misión, incluida toda la formación y preparación necesarias para el lanzamiento, las operaciones de vuelo y el aterrizaje.

En una curiosa coincidencia –o no– la noticia de la firma se hacía pública a las pocas horas de que se anunciara que Dmitri Rogozin había sido destituido como director de la agencia rusa.

Los primeros lanzamientos en beneficiarse de este acuerdo serán el de la Soyuz MS-22, previsto para el próximo 21 de septiembre, en el que el astronauta de la NASA Frank Rubio volará junto con Sergey Prokopyev y Dmitry Petelin de Roscosmos; y el de la Crew Dragon Endurance en la misión Crew–5, en la que la cosmonauta Anna Kikina volará junto con Nicole Aunapu Mann y Josh A. Cassada de la NASA y Koichi Wakata de la JAXA, la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial. Su lanzamiento está también previsto para septiembre.

Luego serán Loral O'Hara la que vuele en la Soyuz MS–23 junto con Oleg Kononenko y Nikolai Chub y Andrei Fedyaev quien vuele en la Crew–6 junto con Stephen Bowen y Warren Hoburg de la NASA y un astronauta emiratí aún por determinar. Los lanzamientos de estas misiones están previstos para la primavera de 2023.

Para las dos agencias tiene todo el sentido del mundo un acuerdo de este estilo: en el caso de que uno de los dos países, por la causa que fuera, se quedara sin una nave activa para lanzar misiones tripuladas a la Estación Espacial Internacional (EEI) el disponer de una plaza asegurada en los lanzamientos del otro asegura que siempre vaya a haber al menos una persona a bordo de los segmentos estadounidense o ruso. Además es algo que abunda en la idea de colaboración pacífica internacional que se supone que debe ser la Estación.

Ya hubo un acuerdo similar en tiempos de los transbordadores espaciales. Aunque tras su retirada los Estados Unidos pagaban una millonada a Rusia por las plazas en las Soyuz para poder seguir teniendo a alguien a bordo de la EEI. Con la entrada en servicio de la Crew Dragon el acuerdo vuelve a ser de intercambio de plazas sin que se mueva dinero en un sentido u otro.

Es de suponer que en cuanto Boeing consiga poner en servicio su cápsula tripulada Starliner el acuerdo de intercambio de plazas se extienda también a ella; de hecho el correo de la NASA no menciona específicamente la Crew Dragon sino que habla de naves tripuladas estadounidense. Aunque en realidad entonces los Estados Unidos podían dejar de estar interesados en él al disponer de dos cápsulas tripuladas distintas que también usan dos cohetes distintos para su lanzamiento. Pero, de nuevo en aras del espíritu de colaboración que es el proyecto de la EEI, no creo que pase tal cosa.

Otra cosa es que tras la invasión rusa de Ucrania la posición de la NASA de seguir colaborando con Roscosmos como si no pasara nada sea un tanto delicada. Y cada día un poco más.

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