Esta mañana, como carga secundaria en el lanzamiento del satélite medioambiental JPSS-2, la NASA y United Launch Alliance (ULA) ponían en órbita y recuperaban, aparentemente con éxito, el escudo térmico hinchable Low-Density Supersonic Decelerator (LOFTID, Prueba de vuelo en órbita baja de un decelerador hinchable).
A la NASA le interesa como método para lanzar misiones con más carga útil a otros planetas, o incluso para traer material de vuelta de la Estación Espacial Internacional o, en el futuro, de fábricas en el espacio sin la necesidad de usar costosos motores cohete para el frenado; prácticamente basta con dejarlas caer desde órbita protegidas por un escudo de este tipo. ULA, a más corto plazo, piensa utilizar esta tecnología para recuperar los motores de la primera etapa su cohete Vulcan, que son, con diferencia, la su parte más cara.
LOFTID ha sido recuperado de una pieza y a flote, así que aunque aún queda analizar los datos que han recogido las dos cajas negras que llevaba a bordo –aunque una fue expulsada poco antes del amerizaje por si acaso– todo indica que la prueba ha sido un éxito.
Quien quizás no haya tenido tanta suerte es el JPSS-2, pues parece ser que, aunque desde el control de la misión están en contacto con él, su panel solar no se ha desplegado.