Por @Wicho — 27 de marzo de 2018

Concepción artística del JWST en el espacio

Sorprendiendo aproximadamente a nadie la NASA acaba de anunciar que el lanzamiento del telescopio Espacial James Webb se retrasa de nuevo. A mayo de 2020 como muy pronto, lo que supone un año más respecto a la última fecha anunciada.

Esa fecha, de todos modos, no es definitiva y dependerá de las conclusiones a las que lleguen el panel de expertos interno de la agencia que sigue la evolución del proyecto, un nuevo panel de expertos externo que se va a crear para la ocasión, y también de lo que diga el equipo de la misión.

El problema ahora parece estar en que aunque las dos «mitades» del telescopio han sido probadas por separado juntarlas está siendo más complicado de lo previsto –una vez más, todo en este proyecto es siempre más complicado de lo previsto– por lo que no va a haber manera de tenerlo todo listo para la ventana de lanzamiento de 2019.

Estas dos mitades son por un lado el telescopio propiamente dicho y sus instrumentos asociados y por otro lado la nave espacial que contiene los sistemas de control, guiado y comunicaciones, así como los motores y el parasol. Pero al menos las dos mitades del James Webb están ya en la misma sala de las instalaciones de Northrop Grumman en California.

El telescopio a su llegada a Northrop Grumman

El telescopio a su llegada a Gorthrop Grumman
La mitad telescopio a su llegada a Northrop Grumman - NASA/Chris Gunn

Pero queda aún someter a la nave espacial a las pruebas de vibraciones, sonido y térmicas que simulen las condiciones que experimentará durante el lanzamiento y luego cuando esté en funcionamiento, algo para lo que serán necesarios varios meses, aún a pesar de que Northrop Grumman tiene a gente trabajando las 24 horas del día. Pero es que por mucha gente que meta –y eso añade costes– simplemente no pueden trabajan en el número suficiente de tareas a la vez como para poder ir más rápido.

Y luego aún queda juntar las dos mitades y comprobar que todo funciona como debe pues por ejemplo el parasol se rajó por varios sitios durante la última prueba de despliegue. Y teniendo en cuenta lo complicado de la maniobra de despliegue del telescopio una vez lanzado, pues se lanza plegado, esas comprobaciones también van a llevar su tiempo. Así que a ver lo de mayo de 2020.

Retrasos y sobrecostes del JWSTEn 2011 –tras numerosos retrasos ya; este es el número 14– la NASA se había comprometido a una fecha de lanzamiento «definitiva» de octubre de 2018, fecha que desde finales de 2017 estaba ya claro que no se iba a cumplir. Pero el retraso hasta 2020 casi con toda seguridad provocará que el proyecto se pase además de los 8.000 millones de dólares establecidos como tope también en 2011.

Y si esto sucede la administración estadounidense tendrá que aprobar más dinero para el proyecto o decidir cancelarlo, aunque a estas alturas parece poco probable que esto suceda. Pero no hay que olvidar que el coste estimado original –y con un espejo principal de 8 metros en lugar del de 6,5 metros que lleva finalmente el telescopio– era de 500 millones de dólares.

Además, coloca el lanzamiento del JWST cada vez más cerca de 2022, el año en el que la Agencia Espacial Europea tiene previsto retirar el Ariane 5, el cohete en el que está previsto lanzarlo. Y eso sería un problemón enorme, pues la NASA tendría que pagar un dineral a la ESA para que mantuviera las instalaciones necesarias en servicio o bien aceptar pasar el lanzamiento a un Ariane 6, lo que provocaría nuevos retrasos.

Vamos, que el interventor general de los Estados Unidos lo clavó cuando avisó de que todo indicaba que el lanzamiento se iba a retrasar de nuevo y que se iban a volver a pasar de presupuesto.

El JWST lleva en desarrollo desde 1989, cuando se empezó a pensar en el sucesor del Hubble.

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