Este pasado verano el equipo de una serie ¿documental? sobre el Triángulo de las Bermudas descubría unos restos de unos siete metros mientras grababa escenas frente a la costa de Florida. Les pareció que podían ser restos del transbordador espacial Challenger. Y una vez vistas las imágenes, la NASA ha confirmado que lo son.
El Challenger se desintegró –no explotó– a las 16:38 UTC del 28 de enero de 1986, 73 segundos después de haber despegado de la plataforma de lanzamiento 39B del Centro espacial Kennedy en la misión STS-51-L. En el accidente murieron las siete personas que formaban su tripulación.
La cabina del Challenger, en el círculo rojo, sale despedida tras la desintegración de la nave – NASA
La agencia no ha dicho qué parte del Challenger es la que ha aparecido, pero por las imágenes está claro que es parte de su escudo térmico. Tampoco se ha revelado la ubicación de los restos. Ni lo que piensan hacer con ellos. Los restos recuperados hasta la fecha –hace más de 25 años que no se encuentra nada– descansan en silos de misiles de los Complejos de lanzamiento 31 y 32 de la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral.
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