Tal y como se sospechaba desde el principio lo que hizo que el observatorio Chandra de rayos X entrara en modo seguro el pasado 10 de octubre de 2018 fue un fallo en uno de sus giroscopios. En concreto fueron tres segundos en los que proporcionó datos erróneos al sistema de guiado que hicieron que el ordenador de a bordo calculara un valor imposible para el momento –la inercia– del telescopio, lo que desencadenó la entrada en modo seguro.
En modo seguro el hardware crítico de la misión se desactiva para protegerlo y entran en funcionamiento unidades de respaldo que en principio no tienen problemas de funcionamiento. Además Chandra se orienta de tal modo que los paneles solares reciben la máxima cantidad de luz solar posible para disponer del máximo de energía al tiempo que se asegura de que los espejos del telescopio no apuntan ni de lejos al Sol para no dañar ni las ópticas ni los instrumentos de a bordo. Finalmente, intenta ponerse en contacto con el control de la misión para informar de lo que ha pasado y queda a la espera de recibir órdenes. El procedimiento es similar en otras sondas, siempre con la prioridad de proteger los sistemas de a bordo para poder reanudar la misión –si es posible– en cuanto se identifica el origen del problema.
En el caso del Chandra el equipo ya tiene todo listo para cambiar de giroscopios y dejar como reserva el giroscopio que experimentó el fallo. Una vez configurado para ello mediante una serie de parches del software de control Chandra volverá a «acer la cencia» la próxima semana.