El agujero por el que se produjo la fuga de refrigerante en la Progress MS-21 – NASA/Roscosmos
Aunque Roscosmos al principio dijo que no había observado ningún daño en el exterior de la cápsula de carga Progress MS-21 que justificara la pérdida de presión en su sistema de refrigeración que experimentó el pasado 11 de febrero resulta que al final también tenía un agujero.
Roscosmos lo atribuye a «una influencia externa». Pero lo cierto es que el agujero es demasiado redondo como para pensar en un impacto. Por no hablar de que las probabilidades de que dos objetos impactaran casi en la misma zona de la Progress MS-21 y de la Soyuz MS-22 con apenas dos meses de diferencia son ridículamente pequeñas.
El agujero por el que se produjo la fuga en la Soyuz MS-22 y los restos anaranjados de refrigerante – NASA/Roscosmos
He hecho un montaje con las fotos de ambos agujeros giradas para que tengan una orientación similar. El asterisco verde es para que lo uses como referencia. Los agujeros están en el centro de los círculos rojos:
Agujeros de la Soyuz MS-22 (izquierda) y de la Progress MS-21 (derecha) – Roscosmos
Mi opinión personal es que esos dos agujeros apuntan, como poco, a un problema en la producción de las cápsulas –las Progress y las Soyuz con casi la misma cápsula–. Aunque no cuesta mucho pensar en algún tipo de sabotaje. Y vuelve a hacerme pensar en el agujero de la Soyuz MS-09 en 2018, cuyo origen nunca fue explicado satisfactoriamente.
Para la Progress MS-21 el agujero no era un gran problema; a fin de cuentas tenía que terminar su misión incinerada en la atmósfera, como así ha sido. Pero de nuevo en mi opinión la publicación de estas fotos pone aún más en duda qué va a pasar con la Soyuz MS-23, que será lanzada en algo menos de 48 horas para sustituir a la MS-22, que Roscosmos ha declarado como no utilizable salvo en caso de emergencia.
El lanzamiento de la Soyuz MS-23 es importante porque Sergey Prokopyev, Dmitri Petelin y Frank Rubio ahora mismo están no sólo sin nave con la que volver a casa sino también sin salvavidas en caso de tener que abandonar la Estación. Por ahora, por si acaso, el asiento de Frank Rubio está instalado, sujeto con cinchas, en la Crew Dragon Endurance de la misión Crew-5. Prokopyev y Petelin tendrían que jugársela en la Soyuz MS-22 con la esperanza de que con dos personas a bordo en lugar de con tres los sistemas de a bordo aguantaran la falta del circuito de refrigeración
En cuanto la MS-23 llegue a la Estación Espacial Internacional los asientos de los tres serán instalados en ella para que les sirva tanto para volver a casa en septiembre al final de su misión –que será de récord– como para estar disponible como bote salvavidas. ¿Pero es fiable esa cápsula?
La MS-22, por su parte, volverá a tierra sin nadie a bordo –siempre tras la legada de la MS-23– aunque con algo de carga para aprovechar el viaje. Claro que como el módulo de servicio, en el que está el agujero, se desintegra en la atmósfera, nunca se podrá examinar con detalle para ver qué pasó.