La Progress MS-21 en la Estación Espacial Internacional
[Anotación en actualización]
Según comunicaba Roscosmos hace unas horas el Centro de Control de la Misión ha detectado una despresurización en la cápsula de carga Progress MS-21. En concreto se trata de una fuga en el sistema de refrigeración de la cápsula, que se habría vaciado por completo.
Esto es algo bastante serio si recordamos que a la cápsula tripulada Soyuz MS-22 le pasó lo mismo el pasado 15 de diciembre que la dejó inutilizada.
La fuga se ha producido apenas un par de horas después de la llegada a la Estación de la Progress MS-22. Puede que los dos hechos estén relacionados. O no.
La nube de partículas provenientes de la fuga de refrigerante de la Soyuz MS-22 – NASA TV
La Soyuz MS-22, por su parte, llegó a la Estación el 21 de septiembre de 2022; mientras que la Progress MS-21 lo hizo el 28 de octubre. Esto quiere decir que la primera falló a los tres meses de su lanzamiento y la segunda aproximadamente a los tres meses y medio. En su momento Roscosmos atribuyó la fuga en la Soyuz al impacto de un micrometeorito pero lo cierto es que ahora parece un problema de control de calidad.
De hecho el lanzamiento de la cápsula tripulada Soyuz MS-23, previsto para el próximo día 20, ha sido pospuesto a los primeros diez días de marzo para que dé tiempo a hacerle inspecciones extra. El plan es que vuele vacía a la EEI como sustituta de la Soyuz MS-21. Y si sufre el mismo aparente problema de control de calidad en RKK Energía –las Soyuz y las Progress tienen numerosos sistemas y elementos comunes– el problema puede ser muy serio.
El final de la misión de la Progress MS-21, que llegó a la EEI a finales de octubre de 2022, estaba programado para el próximo día 18. Y la fuga no debería influir en ello; a fin de cuentas su destino es desintegrarse en la atmósfera en una reentrada controlada. Aunque a lo mejor se retrasa unos días para que el brazo robot de la Estación pueda obtener imágenes de ella para intentar averiguar el origen de la fuga.