Casi 17 años después de que lo viéramos tan cerca cuando el SpaceShipOne ganó el Ansari X Prize por fin Richard Branson ha conseguido hacer realidad su suelo de viajar «al espacio» en el VSS Unity, el segundo SpaceShipTwo de Virgin Galactic.
Ha sido un vuelo suborbital –el avión cohete de Virgin Galactic no está diseñado para entrar en órbita– en el que tras ser liberado desde el VMS Eve, su avión nodriza, el VSS Unity alcanzó una altura máxima de 86 kilómetros (53,5 millas). En lo más alto del vuelo la tripulación experimentó unos cuatro minutos de caída libre –de ingravidez, para entendernos–.
Volaban con él Dave Mackay como piloto; Michael Masucci como copiloto; Beth Moses, la instructora jefa de astronautas de la empresa; Colin Bennett, Ingeniero Jefe de Operaciones, que se encargará de evaluar los procedimientos en la cabina; y Sirisha Bandla, Vicepresidenta de Asuntos Gubernamentales y Operaciones de Investigación, que se encargará de evaluar la experiencia de los investigadores.
Branson disfrutando del vuelo – Virgin Orbit
Pero como llevo diciendo desde hace tiempo el vuelo de hoy –el tercero propulsado del VSS unity, el vigésimo segundo en total de esta aeronave– no ha llegado al espacio según la definición de la Federación Aeronáutica Internacional, que por ahora lo coloca en los 100 kilómetros. Sí lo ha hecho según la NASA o la Administración Federal de Aviación de los Estados Unidos (FAA), que ponen este limite en las 50 millas, unos 80 kilómetros.
Que tampoco pasaría nada de no ser porque al principio Branson hablaba claramente de sobrepasar los 100 kilómetros como de hecho hizo el SpaceShipOne; lo de pasar a utilizar la definición de la FAA y la NASA no deja de ser un poco como hacerse trampas al solitario.
A Virgin Galactic aún le quedan dos vuelos de prueba más –de hecho Branson iba a ir en el último de ellos pero le entraron las prisas para así ganarle a Jeff Bezos, quien tiene previsto ir al espacio el próximo día 20– antes de que vayan a empezar billetes al público en general. Aunque al menos ya tienen permiso para empezar a hacer esos vuelos. Siendo público en general quien pueda pagar los aproximadamente 250.000 dólares que se estima que costarán los billetes «al espacio» de Virgin Galactic, claro. Los vuelos comerciales podrían empezar a principios de 2022. O no.
Una opción es comprar rifas para un par de plazas en alguno de los primeros vuelos comerciales de Virgin Galactic. Cuantas más rifas, más opciones. Como en la lotería.
En cualquier caso hayan alcanzado el espacio o no, ha sido una experiencia que me pone los dientes largos y en la que participaría gustoso.
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