La nube de partículas provenientes de la fuga de refrigerante de la Soyuz MS-22 – NASA TV
El pasado 24 de febrero Roscosmos lanzó la cápsula Soyuz MS-23 para que sustituyera a la Soyuz MS-22, que perdió su refrigerante en un incidente aún no explicado del todo. Pero precisamente por no estar explicado distintas fuentes afirman que está estudiando adelantar su vuelta a casa.
Fue el 15 de diciembre cuando de repente la Soyuz MS-22 empezó a verter refrigerante al espacio hasta que el circuito se quedó vacío. Eso hizo que, tras estudiar la situación, la NASA y Roscosmos decidieran que la cápsula no podía ser utilizada salvo para una evacuación de emergencia de la Estación Espacial Internacional. Y por eso el asiento de Frank Rubio fue colocado en la Crew Dragon Endurance de la tripulación Crew 5. La idea era que él evacuara la Estación en la Endurance mientras que Sergei Prokopyev y Dmitri Petelin lo harían en la Soyuz MS-22 cruzando mucho los dedos para que los sistemas de la cápsula permitieran un retorno a casa.
También por eso se adelantó el envío de la Soyuz MS-23 a la EEI en la medida de lo posible. Llegó allí el 26 de febrero y el pasado día 6 de marzo se instaló de vuelta en ella el asiento de Rubio, con lo que quedaba lista para su uso ya fuera nominal o en caso de emergencia.
Pero el gran problema de todo esto es que el 11 de febrero le pasó exactamente lo mismo a la cápsula de carga Progress MS-21, que también perdió su refrigerante vertiéndolo al espacio. En el caso de la Progress el problema no era muy serio porque se desintegran en la atmósfera en una reentrada controlada al final de su misión. Así que daba un poco igual que el material de desecho y la basura que viajaban en su interior se asaran un poco antes de la reentrada.
Aunque la Progress y la Soyuz son prácticamente la misma cápsula. Y es muy pero que muy extraño que con poco más de dos meses de diferencia dos cápsulas hayan fallado de forma tan similar. Y eso si es un problema serio. En el caso de la Soyuz MS-22 Roscosmos en principio atribuyó la fuga de refrigerante al impacto de un micrometeoroide u de un fragmento de basura espacial. Pero con lo de la Progress MS-21 esa explicación ya era difícilmente sostenible. Y más aún cuando los agujeros por los que ambas perdieron el refrigerante están en posiciones muy similares.
Agujeros de la Soyuz MS-22 (izquierda) y de la Progress MS-21 (derecha); el asterisco verde sirve para orientarse de cara a ver dónde están ambos agujeros – Roscosmos
Y por eso diversas fuentes afirman que Roscosmos está pensando en adelantar el retorno de la Soyuz MS-23 a junio en lugar de esperar a septiembre. No vaya a ser que también falle.
Lo del adelanto de su vuelta es una información sin confirmar. Pero el hecho de que hoy vayan a hacer una simulación del retorno de la Soyuz MS-22 con tres personas a bordo por si acaso refuerza la idea de que no se fían del todo de la Soyuz MS-23. Durante la simulación Sergei Prokopiev y Dmitry Petelin ocuparán sus puestos en la cápsula con sus trajes Sokol puestos. Les acompañará Andrei Fedyaev, aunque en mangas de camisa.
El objetivo de la prueba es ver lo que suben la temperatura y la humedad ambiente de la cápsula. Se parará si el estado físico de la tripulación lo aconseja; si la temperatura en el módulo de descenso alcanza los 31 °C con una humedad del 95 %; si la temperatura alcanza los 40 °C en el módulo de servicio; o si el calentamiento del ordenador principal llega a los 45 °C.
A los cosmonautas se les permite llevar algo de agua y comida para las cinco horas que durará la simulación, que es el tiempo que tarda una Soyuz en aterrizar desde que se desacopla de la Estación. También podrán encender el sistema para eliminar la humedad del aire. Pero trabajarán sólo con documentación en papel para evitar que las tabletas que usan normalmente calienten el aire.
Habrá que ver los resultados de la simulación. Y cómo se comporta la Soyuz MS-23 en el espacio. Pero si a consecuencia de las dudas acerca de la fiabilidad de las Soyuz Roscosmos se ve obligada a reducir su vida útil en el espacio de seis a tres meses va a tener un problema formidable. Ya se puede dar con un canto en los dientes por el acuerdo de intercambio de plazas con la NASA. Y cruzar los dedos para que dure.
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