Por @Wicho — 23 de abril de 2018

IMAGE mide 2,25×1,52 metros y pesa 494 kilosA mediados de enero de 2018 el astrónomo aficionado Scott Tilley descubría por casualidad que el satélite IMAGE de la NASA, que había dejado de dar señales de vida 18 de diciembre de 2005, seguía activo.

Para asombro de propios y extraños la NASA confirmó ese descubrimiento a los pocos días y se puso manos a la obra para intentar retomar el control del satélite. Pero la tarea no es fácil porque utiliza programas y protocolos de comunicaciones que hace años que están en desuso, así que lo primero fue hacer una especie de ejercicio de arqueología tecnológica para ver qué hacía falta para poder hablar con él.

Tal y como cuenta la NASA en la página dedicada a contar la historia del intento de recuperación de IMAGE a principios de febrero la agencia había conseguido no sólo recibir la señal de IMAGE sino además entenderla. La telemetría recibida de él informaba de que tiene las baterías completamente cargadas, lo que indica que al menos los sistemas básicos de a bordo siguen funcionando; otra cosa es que los instrumentos puedan ser puestos en marcha de nuevo.

Pero el 22 de febrero la señal empezó a desvanecerse hasta que el 24 dejó de recibirse por completo… para volver a aparecer el 4 de marzo, aunque es una señal demasiado débil como para que se pueda establecer un contacto fiable. Además la intensidad de la señal varía.

Los técnicos de la NASA creen que esto tiene que ver con que IMAGE está dando tumbos y que la antena de media ganancia no siempre apunta en la dirección adecuada. Por eso están intentando –enviando órdenes a ciegas– que cambie a la antena omnidireccional, que aunque tiene una señal más débil que la otra tiene un haz más ancho, con lo que es más fácil que llegue con fuerza suficiente aunque el satélite no la pueda apuntar correctamente. Pero por ahora no ha hecho caso.

También han conseguido establecer conexiones de datos compatibles con los protocolos que usa IMAGE con dos antenas más, una en Virginia y otra en Nuevo México, que añadidas a la del Centro Goddard en Maryland aumenta las posibilidades de que la señal de IMAGE pueda ser readquirida. El plan por ahora es seguir enviando comandos a ciegas -lo que quiere decir que no saben si IMAGE los está recibiendo o no– con la esperanza de que cambie a la antena omnidireccional.

IMAGE tenía como misión estudiar la respuesta de la magnetosfera de la Tierra a los cambios en el viento solar y con los datos obtenidos mientras estuvo en funcionamiento se llegaron a publicar más de 400 trabajos científicos.

Si la NASA consigue hacerse con el control de IMAGE y poner sus instrumentos en marcha no sólo es una oportunidad de reutilizar un satélite que habían dado por perdido sino que además permitirá comparar las lecturas obtenidas por sus instrumentos entonces con las nuevas que puedan hacer, lo que seguro que permitirá producir unos cuantos trabajos más con los datos actualizados.

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