Esta pasada noche, tras hacer varias modificaciones al cohete para evitar que se reprodujera el fallo que hizo fracasar su primer lanzamiento, la empresa china LandSpace ha conseguido que su segundo cohete Zhuque-2 entrara en órbita. Eso lo convierte en el primer cohete propulsado por metano y oxígeno líquidos (methalox) en entrar en órbita. Hay confirmación independiente por parte de la Fuerza Espacial de los Estados Unidos.
En el primer intennto, el pasado 14 de diciembre, un fallo con los motores de orientación de la segunda etapa –no con sus motores methalox– impidió que el cohete entrara en órbita.
Entre aquel primer intento y el éxito de esta noche también lo intentaron Relativity Space con su Terran 1, que no lo consiguió por poco, y SpaceX con el primer Starship, aunque la cosa acabó de forma espectacular pero no en órbita.
ULA, que también era candidata con el Vulcan, está teniendo problemas con la segunda etapa, así que ni llegó a intentarlo.
Es un éxito importante para LandSpace no sólo por ganar la carrera methalox y adelantar así por la derecha a empresas mucho más establecidas –aunque tendrá que seguir lanzando para demostrar que esto no ha sido una casualidad– sino porque es el primer lanzamiento con éxito de su historia: aparte del fallo del primer Zhuque 2 su primer y único lanzamiento de un Zhuque 1, que podía haber sido el primer cohete chino desarrollado por una empresa privada en entrar en órbita, también falló.
Zhuque 2, con un peso de 219 toneladas al lanzamiento, una longitud de 49,5 metros y un diámetro de 3,35 metros, es capaz de colocar 4 toneladas en órbita baja terrestre o 1,8 toneladas en órbita sincrónica al Sol (SSO). Aunque la empresa ya ha anunciado que trabaja en el Zhuque 2A, con capacidad para 4,3 toneladas a SSO y 2,4 toneladas a órbita de transferencia geoestacionaria (GTO), así como el Zhuque 2B y 2C, estos últimos con dos y cuatro propulsores laterales, que en realidad son primeras etapas extra, al estilo del Falcon Heavy. Serán capaces de colocar 6,7 y 14 toneladas respectivamente en GTO.
En cualquier caso en este lanzamiento el Zhuque 2 no llevaba ninguna carga útil por si acaso.
La ventaja de utilizar metano y oxígeno líquidos como propelentes es que aunque tienen menos de impulso específico que el keroseno refinado que se utiliza habitualmente su combustión es muchísimo más limpia. Eso representa una enorme ventaja de cara a la reutilización de los cohetes que los usen, pues los motores son mucho más fáciles de limpiar después del lanzamiento de cara a su reutilización, aunque en el caso del Zhuque-2 no hay ningún componente reutilizable. Y los cohetes se pringan menos; no hay más que ver cómo de sucias están las primeras etapas que reutiliza SpaceX para ver lo sucias que quedan tras volar de vuelta a través de la pluma de escape de sus motores.
Además la combustión del metano y el oxígeno produce dióxido de carbono y vapor de agua, así que es menos contaminante que la combustión del keroseno por muy refinado que esté.
(Algunos datos vía Eureka).