Por @Wicho — 27 de noviembre de 2021

Esta pasada noche la Solar Orbiter de la Agencia Espacial Europea sobrevolaba la Tierra de camino al Sol, llegando a pasar a tan sólo 460 kilómetros de altitud sobre el norte de África y las Canarias. Es la tercera maniobra de asistencia gravitacional en la fase inicial de su misión. Dos fueron sobre Venus en diciembre de 2020 y agosto de 2021 antes de pasar por la Tierra. El objetivo de estas maniobras es hacer perder velocidad a la sonda de tal forma que su órbita llegue a pasar a tan sólo 50 millones de kilómetros del Sol frente a los 77 que alcanzó en su primera pasada. Eso es un tercio de la distancia de la Tierra al Sol.

Tras esta noche la Solar Orbiter ha abandonado la fase de crucero y ya ha empezado la fase de ciencia de su misión en preparación para esa primera aproximación al Sol que ocurrirá en marzo de 2022. Aunque en realidad el q¡equipo de la misión ha aprovechado el tiempo desde su lanzamiento en febrero de 2020 para ir probando y calibrando los instrumentos de a bordo. De hecho al pasar junto a nosotros han recogido datos que complementarán los de los satélites Cluster.

En general la misión tiene como objetivo a entender cómo el Sol crea e influye en heliosfera, la gran burbuja de plasma que rodea todo el Sistema Solar e influye en sus planetas. Para ello concentrará en cuatro áreas principales de investigación:

  • Viento solar: ¿Qué impulsa el viento solar y la aceleración de las partículas del viento solar?
  • Regiones polares: ¿Qué ocurre en las regiones polares cuando el campo magnético solar invierte su polaridad?
  • El campo magnético: ¿Cómo se genera el campo magnético dentro del Sol y cómo se propaga a través de la atmósfera del Sol y hacia el espacio?
  • El clima espacial: ¿Cómo impactan en el Sistema Solar eventos repentinos como llamaradas y eyecciones de masa coronal? ¿Cómo producen las erupciones solares las partículas energéticas que llevan a un clima espacial extremo en la Tierra?

La misión tiene programados al menos otro cinco sobrevuelos más de Venus; su órbita está de hecho diseñada para encontrarse periódicamente con el planeta. Pero esos sobrevuelos no servirán para reducir la distancia mínima a la que pasa del Sol sino para cambiar la inclinación de su órbita. Así, después de la asistencia gravitatoria de 2025 su órbita tendrá una inclinación de 17º sobre el plano de la eclíptica. E irá aumentando hasta alcanzar los 33º en 2029 durante una primera extensión de la misión extensión ya propuesta mediante más sobrevuelos de Venus. Esto nos permitirá observar por primera vez los polos del Sol, unos perfectos desconocidos.

La misión está en Twitter como @ESASolarOrbiter.

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