Despegue del Solar Orbiter - ESA
Tal y como estaba programado el Solar Orbiter de la Agencia Espacial Europea ESA) y la NASA despegaba rumbo al Sol a bordo de un cohete Atlas V a las 5:03 del 10 de febrero de 2020. Tras entrar en una órbita inicial de 236×203 kilómetros la segunda etapa del cohete se encendió de nuevo a los 43 minutos del lanzamiento para dar la suficiente velocidad a la sonda como para que escape de la gravedad terrestre.
La separación del Solar Orbiter de la segunda etapa se produjo a los 52 minutos del lanzamiento y una hora y 22 minutos después de éste las estaciones de seguimiento en Tierra de la ESA confirmaban que los paneles solares se habían desplegado correctamente y que todo a bordo funcionaba como es debido.
El Solar Orbiter empezaba así un largo viaje hacia el Sol en el que le llevará algo más de tres años y medio alcanzar su órbita de trabajo inicial. Esto es así porque aunque va contra la intuición lanzar algo hacia el Sol es muy costoso energéticamente hablando: cualquier cohete que despegue de la Tierra comparte con ella la velocidad a la que gira alrededor del Sol, unos 101.000 kilómetros por hora. Y para acercarte al Sol tienes que perder parte de esa velocidad. Y si además, como es el caso del Solar Orbiter, pretendes abandonar el plano de la eclíptica, el plano en el que giran los planetas alrededor del Sol, el gasto de energía es aún mayor.
Para ello el Solar Orbiter, que sólo cuenta con unos pequeños motores de maniobra para cambiar su actitud –su orientación– pero no su órbita, va a utilizar la gravedad de Venus y de la Tierra para modificar su órbita.
Durante la fase inicial de su viaje, que durará hasta noviembre de 2021, el Solar Orbiter realizará dos maniobras de asistencia gravitatoria alrededor de Venus y una alrededor de la Tierra para alterar su trayectoria guiándola hacia las regiones más internas del Sistema Solar. Al mismo tiempo adquirirá datos in situ que permitirán caracterizar y calibrar sus instrumentos al equipo de la misión. Así el primer paso por las proximidades del Sol tendrá lugar en 2022 a un tercio de la distancia de la Tierra al Sol, 149.597.871 kilómetros, distancia conocida como unidad astronómica (UA).
La órbita de la nave ha sido diseñada para estar en resonancia con la de Venus Venus, lo que quiere decir que se aproxima periódicamente a éste. Eso le permite ir utilizando su gravedad en sucesivas ocaciones –hasta en cinco ocasiones más después de la fase inicial de la misión– para alterar su órbita. Esto es lo que le permitirá ir inclinando su órbita respecto a la eclíptica.
Y así, aunque los puntos de máxima aproximación al Sol y de máxima distancia del Sol de su órbita se mantendrán respectivamente en 0,28 y 0,9 UA, 42 y 135 millones de kilómetros respectivamente, después de la asistencia gravitatoria de 2025 su órbita tendrá una inclinación de 17º. E irá aumentando hasta alcanzar los 33º en 2029 durante una primera extensión de la misión extensión ya propuesta.
Impresión artística del Solar Orbiter sobrevolando Venus - ESA/ATG Medialab
Esto nos permitirá ver las zonas polares del Sol, que nunca hasta ahora habíamos visto. En general la misión intentará ayudarnos a entender cómo el Sol crea e influye en heliosfera, la gran burbuja de plasma que rodea todo el Sistema Solar e influye en sus planetas. Se concentrará en cuatro áreas principales de investigación:
- Viento solar: ¿Qué impulsa el viento solar y la aceleración de las partículas del viento solar?
- Regiones polares: ¿Qué ocurre en las regiones polares cuando el campo magnético solar invierte su polaridad?
- El campo magnético: ¿Cómo se genera el campo magnético dentro del Sol y cómo se propaga a través de la atmósfera del Sol y hacia el espacio?
- El clima espacial: ¿Cómo impactan en el Sistema Solar eventos repentinos como llamaradas y eyecciones de masa coronal? ¿Cómo producen las erupciones solares las partículas energéticas que llevan a un clima espacial extremo en la Tierra?
Es cierto que la Parker Solar Probe (PSP) de la NASA se acercará bastante más al Sol. Pero en esos momentos de máxima aproximación toma datos acerca de partículas energéticas, plasma y el viento solar y no captura imágenes de la superficie del Sol. Sólo captura imágenes de la corona del Sol, al que mira medio de lado. Así que las dos misiones se complementan. Por cierto que la PSP también está siguiendo un tortuoso camino para acercarse al Sol por el mismo motivo que citábamos antes, el exceso de velocidad con el que salió de la Tierra.
Aparte de otros canales de información más tradicionales la misión también está en Twitter como @ESASolarOrbiter.
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