Momento de la instalación de la placa – ESA/M.Pedoussaut
Hoy he tenido la oportunidad de ver la sonda JUICE en persona, así como la de asistir a la dedicación e instalación de la placa en homenaje a Galileo que monta. A falta de la instalación de sus paneles solares, lo que está previsto para la semana que viene, la sonda está lista para ser enviada al Espaciopuerto de Kourou para su lanzamiento hacia Júpiter. La ventana de lanzamiento que se abre el 5 de abril y dura hasta el día 30, aunque el día óptimo para el lanzamiento de cara al ahorro de propelentes es el 14.
La placa que se ha instalado hoy en el exterior de JUICE es difícil de ver porque está grabada en gris oscuro sobre un gris algo más claro pero incluye la portada de Sidereus Nuncius y a ambos lados de ella las páginas en las que Galileo apuntó las primeras observaciones de las lunas de Júpiter.
La placa justo antes de su instalación – ESA
JUICE, de Jupiter Icy Moons Explorer, Explorador de las lunas heladas de Júpiter, tiene como objetivo, tal y como su propio nombre explica, estudiar las lunas de hielo de Júpiter. A saber: Calisto, Europa y Ganímedes. Hará 21 sobrevuelos de la primera, pasando a una distancia mínima de 200 kilómetros de ella; dos de Europa, pasando a una distancia mínima de 400 kilómetros; y 12 sobrevuelos de Ganímedes a una distancia mínima de 400 kilómetros antes de entrar en una órbita polar de 500 kilómetros a su alrededor.
JUICE en las instalaciones de Airbus en Toulouse; fíjate en las personas que se ven a la derecha para hacerte una idea del tamaño. La placa de Galileo va montada en el lado opuesto a la antena – ESA/M.Pedoussaut
Un objetivo común es estudiar los océanos internos que todos los datos indican que tienen las tres lunas. Intentará detectar si están divididos en capas y la existencia de depósitos de agua aparte del océano principal.
Además, en Calisto el objetivo es echar un vistazo a una de las superficies más antiguas del sistema solar para intentar hacernos una idea de cómo era el sistema joviano en sus orígenes. Obtendrá datos de su topografía y de su composición.
En Europa el objetivo es la búsqueda de biosignaturas y el estudio de las propiedades físicas de la costra helada que la cubre y la datos de su interior como la distribución interna de masa, dinámica y su evolución. Y gracias a su radar capaz de penetrar bajo la superficie del hielo, podremos echar un primer vistazo bajo su superficie. Pero JUICE sólo hará dos sobrevuelos no porque lo haya dicho el monolito sino porque esa luna está muy cerca de Júpiter y allí el entorno de radiación es tremendamente dañino.
Finalmente, en Ganímedes, además de lo anterior, estudiará su campo magnético –es la única luna del Sistema Solar que genera su propio campo magnético–, su tenue atmósfera, núcleo, su interacción con Júpiter, su actividad pasada y presente, y su potencial habitabilidad.
Impresión artística de JUICE en órbita alrededor de Ganímnedes con Júpiter al fondo – ESA
Y ya que está –o estará– por allí le echará un ojo al entorno de Júpiter, incluyendo su campo magnético, Io, sus anillos, y alguna otra de las lunas menores.
Para ello cuenta con diez instrumentos que incluyen cámaras, espectrómetros, un radar capaz de «ver» por debajo del hielo, un altímetro láser, un magnetómetro, y varios receptores de ondas de radio y detectores de partículas. También colaborará en un experimento basado en mediciones con una de sus radios en colaboración con radiotelescopios en la Tierra. Y además lleva a bordo un medidor de radiaciones.
La ESA distingue entre instrumentos científicos y el medidor de radiaciones o el receptor de radio que participará en experimentos con radiotelescopios porque son dispositivos que van a bordo pero que no están diseñados específicamente para «acer la cencia».
JUICE enviará aproximadamente 1,4 gigabits de datos cada día gracias a su antena de alta ganancia de 2,4 metros de diámetro.
La duración prevista de la misión es de cuatro años, de los que pasará nueve meses en órbita alrededor de Ganímedes. Será la primera vez que una sonda entre en órbita alrededor de una luna que no sea la de nuestro planeta.
Pero para llegar allí tendrá que seguir un tortuoso camino ya que no tenemos ningún cohete capaz de lanzarla en una trayectoria directa hacia el gigante gaseoso. Así que una vez que el último Ariane 5 la haya lanzado la sonda usará a Tierra para una asistencia gravitacional en agosto de 2024; Venus en agosto de 2025; de nuevo la Tierra en septiembre de 2026; y la Tierra y la Luna –será la primera vez que se haga algo así– en enero de 2029. Esta complicada ruta ha añadido desafíos extra al diseño de la sonda, ya que tiene que ser capaz de soportar el calor cuando esté en las proximidades de Venus aún cuando la mayor parte de su vida la pasará en el frío del sistema joviano.
Esto le permitirá adquirir la suficiente velocidad como para entrar en órbita alrededor de Júpiter en julio de 2031. Tras un periodo de puesta en marcha y calibración se espera que los primeros datos científicos empiecen a llegar a la Tierra en 2032. Lo que, en honor a la verdad, me produce una especie de vértigo porque es el año en el que alcanzo la edad de la jubilación. Cuando se terminen los propelentes allá por 2035 se precipitará contra Ganímedes para no dejarla en órbita sin control.
Más de 80 empresas han trabajado en el diseño y ensamblado de JUICE, que si todo va según lo previsto saldrá hacia el espaciopuerto de Kourou el 8 de febrero a bordo de un Antonov An-124.
La misión está en Twitter como @ESA_JUICE.