Hay todavía que analizar al detalle los datos obtenidos e inspeccionar físicamente la cápsula y los paracaídas pero todo parece indicar que la prueba en vuelo del sistema de escape de la Crew Dragon ha sido todo un éxito.
El sistema se activó un minuto y 24 segundos después del despegue simulando un fallo del cohete en max Q, el momento en el que las fuerzas que actúan sobre él y sobre la cápsula son mayores.
Separación de la cápsula - SpaceX
A los dos segundos la cápsula estaba ya a casi dos kilómetros del cohete, que se desintegraba unos 10 segundos después de la separación tal y como estaba previsto.
La cápsula alcanzó una altura máxima de 40 kilómetros y una velocidad máxima de Mach 2,2 sin pasar de 3,5 g. Y es que aunque los SuperDraco son capaces de acelerarla aún más su funcionamiento está programado como para ser capaz de alejar la Crew Dragon del cohete a la velocidad suficiente como para que el escape sea seguro aunque sin hacer sufrir fuerzas más grandes de las necesarias a sus ocupantes
Ocho minutos y 55 segundos después del despegue la Crew Dragon amerizaba suavemente a unos 32 kilómetros de la plataforma de lanzamiento, cumpliendo así con los objetivos de la prueba.
En el caso de una misión tripulada la prioridad sería sacar la tripulación de la cápsula lo antes posible, aunque en este caso dado que no había nadie a bordo los equipos de rescate se tomaron su tiempo para probar y ensayar procedimientos.
La NASA y SpaceX aprovecharon también el viernes para hacer una prueba casi completa del flujo de preparación de la tripulación para un lanzamiento real. Así el día de Bob Behnken y Doug Hurley transcurrió tal y como si fueran a ser lanzados al espacio, justo hasta el momento de subirse a la cápsula. Esto también permitirá ajustar procedimientos y tiempos de cara a un lanzamiento real.
Los dos astronautas fueron llevados a la plataforma de lanzamiento en un Tesla – SpaceX
Bob Behnken durante las pruebas – SpaceX
En la rueda de prensa posterior Elon Musk aseguró que a finales del primer trimestre tendrán listo y requetecomprobado el hardware que se utilizará para la primera misión tripulada a la Estación Espacial Internacional, que, de nuevo según él, podría tener lugar en el segundo trimestre del año.
Jim Bridenstine, el director de la NASA, concordó con Musk, aunque dijo que aún queda por hacer algunas pruebas más de los paracaídas y decidir si la misión va a ser de corta duración o si por el contrario va a ser de varios meses. Y es que aunque en este momento está previsto que dure una semana la agencia está considerando extenderla varios meses para aprovechar la presencia de los astronautas estadounidenses más a bordo de la EEI. En ese caso el entrenamiento de Behnken y Hurley tendría que alargarse un poco para preparar las tareas que harían a bordo de la EEI.
La bandera que la tripulación del Atlantis dejó en la EEI – NASA
En cualquier caso, y por si las moscas, también confirmaba que la NASA va a comprar un asiento más en una Soyuz aparte de los dos que ya tiene reservados para este año.
Pero parece que este año será cuando por fin la bandera que dejó a bordo de la Estación Espacial Internacional la tripulación de la misión STS-135, la última de los transbordadores espaciales de la NASA, vuelva por fin a tierra. Y es que la idea es que vuelva en la primera nave tripulada estadounidense que llegue a la EEI después del Atlantis.