El pasado 26 de marzo de 2016 la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial, JAXA, perdía el contacto con Hitomi, su telescopio de rayos x lazado el 17 de febrero de 2016 y que aún estaba en fase de calibración.
Las primeras observaciones por parte del Joint Space Operations Center de los Estados Unidos indicaban que Hitomi estaba en una órbita algo más baja de la original y que se habían despedido cinco fragmentos de este. Pero dado que el tamaño mínimo de los fragmentos que podemos detectar es de unos 10 centímetros y que aún se recibían comunicaciones esporádicas de Hitomi aún cabía la esperanza de que se pudiera recuperar la misión.
Pero las últimas noticias recibidas desde el JSOC no son nada halagüeñas: hablan de once fragmentos y, sobre todo, de que hay un fragmento, etiquetado con la letra A, que está en una órbita más alta que la original, que gira sobre sí mismo una vez cada 1,3 segundos, y que es el más grande de todos; el fragmento que se ve en este vídeo es el que ha sido etiquetado L y es el que todo el mundo había tomado en principio como Hitomi:
Al ser un telescopio de rayos X Hitomi estaba diseñado para estirarse una vez en órbita, para tener la longitud adecuada para estudiar estos rayos, quedando con una apariencia como esta:
El problema es que el banco óptico –la pieza alargada que sale del cuerpo principal de Hitomi– no está diseñado para soportar grandes esfuerzos, y menos si el conjunto estaba dando tumbos, como indica el hecho de que los fragmentos los estén dando.
Así que todo parece indicar que Hitomi está partido en dos grandes fragmentos, que serían el cuerpo principal del telescopio (objeto A) y el banco óptico (objeto L) y otros nueve más pequeños.
Si esto se confirma todo lo que le queda por hacer a la JAXA es intentar recuperar todos los datos que pueda de lo que queda de Hitomi para ver si pueden averiguar qué ha pasado y aprender lo que se pueda de su pérdida, pero la misión en sí está claramente perdida.
(Información recopilada de los tuits de Jonathan McDowell).