Por @Wicho — 21 de Noviembre de 2017

Impresión artística de ’Oumuamua - ESO/M. Kornmesser

La NASA ha completado otro paso más de cara al lanzamiento del telescopio espacial James Webb –ahora previsto ya para primavera de 2019– con la finalización de las pruebas de frío en la Cámara A del Centro Espacial Johnson.

Y es que en el espacio el telescopio debe mantenerse extremadamente frío para poder detectar la tenue luz infrarroja de objetos lejanos. Así, el Webb y sus instrumentos están diseñados para funcionar a unos 40 Kelvin (menos 233 Celsius), aunque el instrumento de infrarrojo medio (MIRI) necesita estar a menos de 7 Kelvin (menos 266 grados centígrados) para funcionar correctamente.

Para esto el JWST lleva un parasol que hará que aunque el lado que apunta al Sol esté a unos 85 grados Celsius el lado sombra esté a menos 240 Celsius sin necesidad de hacer nada, pues el frío del espacio y el diseño del telescopio se encargarán de ello. El frío extra que necesita MIRI, sn embargo, viene de un enfriador que le permitirá estar a la temperatura adecuada.

El parasol durante su emsamblado final

Pero antes de lanzarlo era fundamental comprobar que tanto los instrumentos de a bordo como los componentes ópticos funcionan correctamente a esas temperaturas, que es para lo que han servido estos casi cien días en la Cámara A.

Las pruebas han incluido tanto comprobar el funcionamiento de los instrumentos científicos como el de los sistemas que les permiten funcionar y, en especial, el del sistema que permitirá enfocar el telescopio.

Ahora el módulo OTIS, de optical telescope and integrated science instrument module, módulo integrado de telescopio óptico e instrumentos de ciencia –mucho mejor OTIS– será enviado a las instalaciones de Northrop Grumman Aerospace Systems en Redondo Beach, California, donde se integrarán con el resto de los componentes del JWST, que son el parasol y el bus espacial propiamente dicho, que es el que contiene los sistemas de propulsión, guiado, etc. Una vez totalmente integrado todo el observatorio se someterá a más pruebas durante lo que se conoce como «pruebas a nivel de observatorio» para comprobar que funcionan correctamente como un todo.

Impresion artística del JWST

Luego viene la ronda de pruebas que simulan las vibraciones y ruido durante el lanzamiento y las pruebas de despliegue del Webb –una maniobra de esas que dan miedito– antes de enviarlo al espaciopuerto de Kourou.

La misión cuenta sus cosas en Twitter como @NASAWebb.

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