Por @Wicho — 30 de junio de 2020

Impresión artística del Proba-V en órbita - ESA-P.Carril
Impresión artística del Proba-V en órbita - ESA-P.Carril

Después de casi siete años de servicio cuando las previsiones más optimistas calculaban cinco el satélite Proba-V de la Agencia Espacial Europea termina hoy su vida operativa. Su objetivo principal era monitorizar la cubierta vegetal de nuestro planeta, objetivo cumplido con creces. Pero además fue el primer satélite en demostrar que se pueden seguir aviones desde el espacio gracias a las señales ADS-B que emiten.

Desde su órbita sincrónica al Sol de 820 kilómetros Proba-V rodea la Tierra 14 veces al día y es capaz de obtener imágenes de toda la cubierta vegetal del planeta cada diez días. Esto permite seguir su evolución en el tiempo. Proba-V ha servido para mantener la continuidad entre las observaciones hechas por el instrumento de vegetación del satélite Spot-5 y el del Sentinel 3.

El Spot-5 dejó de funcionar el 31 de marzo de 2015 tras casi 13 años de servicio. Pero el Sentinel 3 no fue lanzado hasta el 16 de febrero de 2016. Así que en ese sentido ha sido una suerte que Proba-V estuviera en órbita y en funcionamiento en el ínterin.

El problema es que Proba-V no tiene ningún tipo de sistema de propulsión. Así que aunque su inserción orbital fue muy precisa –de ahí los siete años de servicio– su órbita ha ido decayendo con el tiempo y desplazándose hacia el lado nocturno de la Tierra. De hecho una de las tres cámaras de su instrumento principal pronto funcionará en modo nocturno en lugar de observar a la luz del día. Por eso se ha decidido poner fin a su misión principal.

Pero aún podrá seguir observando algunas zonas de la Tierra a la luz del día hasta 2021, momento en el que las tres cámaras apuntarán ya hacia el lado nocturno. Así que mientras tanto se utilizará el satélite para hacer algunas observaciones experimentales y echarle un vistazo a la Luna con más frecuencia de lo que lo hacía hasta ahora.

Para cuando «quede a oscuras« lo más probable es que se ponga en hibernación. Porque cabe la posibilidad de que aguante en órbita el tiempo suficiente como para que de nuevo su órbita lo coloque de nuevo a la luz del día.

Sin embargo, a pesar de la importancia que tiene para nosotros como especie cuidar de nuestro planeta, Proba-V tendrá siempre un lugar especial en la memoria de las personas con aerotrastorno. Y es que, como decíamos antes, fue el primer satélite en demostrar que es posible captar las señales ADS-B de los aviones desde el espacio.

Vuelos seguidos por el receptor ADS-B del Proba-V - DLR/SES TechCom
Vuelos seguidos por el receptor ADS-B del Proba-V - DLR/SES TechCom


Desde hace unos años cada vez más aviones están equipados con el sistema Automatic dependent surveillance-broadcast, en concreto en su versión ADS-B, que es básicamente un emisor de radio que va retransmitiendo información acerca de este como su identificación, posición, altitud, velocidad, etc. De hecho pronto lo montarán todos los aviones de un cierto tamaño de forma obligatoria.

Normalmente estas señales con recogidas por equipos en tierra. Pero sobre los océanos o zonas no pobladas esas señales se pierden porque no hay receptores. Y ahí es dónde entró Proba-V con un receptor ADS-B experimental que llevaba a bordo que demostró que es posible captar esas señales desde el espacio y luego retransmitirlas a tierra.

Ese fue el germen que hizo que cada vez haya más satélites que incorporan receptores ADS-B, como por ejemplo los de la constelación Iridium-Next. Con ellos por primera vez hay cobertura global para las señales ADS, con lo que cada vez es más difícil que se pueda perder la pista de un avión. Temporalmente como en el caso, por ejemplo, del vuelo 447 de Air France. O para siempre, al menos por el momento, como en el caso del Malaysia MH370.

Se pueden seguir las andanzas del satélite en Twitter como @PROBAVegetation.

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