Una empresa llamada Celestis organiza el envío de cenizas de personas fallecidas al espacio. En el próximo lanzamiento del Falcon Heavy de SpaceX irán de hecho 152 restos humanos que se soltarán en órbita en unas pequeñas cápsulas metálicas para su (segunda) cremación cuando hagan su reentrada en la atmósfera.
Si se mira con detalle la imagen de las cápsulas se pueden ver hasta los nombres y frases que van grabados en ella. «¡Hago cosas divertidas tanto en la vida como en la muerte!», «God Speed!», etcétera. Las cápsulas metálicas contienen entre 1 y 7 gramos de cenizas humanas. Van todas dentro de una placa que a su vez va montada en el lateral de un satélite. Cuando ya en órbita se lanza el satélite se libera esa placa, que entonces cae por acción de la gravedad – supongo que con una trayectoria adecuadamente calculada para que no se quede dando vueltas eternamente.
El precio es un tanto desorbitado, digno de una rareza así: unos 5.000 dólares para un solo gramo de cenizas. Supongo que para más gramos habrá descuentos. Esta empresa es la misma que envió las cenizas de James Doohan, «Scotty» más conocido por su papel de ingeniero jefe en Star Trek.
Curiosamente, dicen que todavía quedan restos de Scotty para un próximo viaje de alguna nave al espacio profundo. Así que va a ser quien probablemente tenga más restos «repartidos» por los confines del sistema solar: algunos en la Tierra, otros en la órbita terrestre (2008), otros que se enviaron a la Estación Espacial Internacional (2012), otros cremados en este próximo lanzamiento y otros a la espera de que un futuro Enterprise surque el espacio.
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