Por @Wicho — 21 de febrero de 2016

Un time–lapse fotografiado por Tim Peake desde la Estación Espacial Internacional en el que una aurora parece querer huir del Sol naciente, aunque en realidad es el movimiento de la Estación, que se desplaza a unos 28000 kilómetros por hora, dando una vuelta a la Tierra aproximadamente cada 90 minutos, lo que provoca esa ilusión.

Luminiscencia nocturna vista desde la EEI
ISS028-E-050185: Luminiscencia nocturna vista desde la EEI; la ciudad grande que se ve es Brisbane, Australia – NASA

Aparte de la aurora se aprecia perfectamente la luminiscencia nocturna, un fenómeno causado por átomos que fueron ionizados por el Sol durante el día que vuelven a su estado natural liberando luz, rayos cósmicos que provocan emisión de luz al golpear las partes más altas de la atmósfera, y quimioluminiscencia causada fundamentalmente por moléculas de oxígeno y nitrógeno al reaccionar con hidroxilos.

Aunque no hubiera estrellas y se pudiera eliminar la luz difusa que llega a través de la atmósfera desde el lado de la Tierra en el que es de día la luminiscencia nocturna hace que el cielo de la Tierra nunca sea negro del todo; ese es uno de los motivos por los que nos interesa poner telescopios en el espacio. Durante el día no la vemos porque la luz del Sol es mucho más fuerte.

La Venus Express de la Agencia Espacial Europea ha permitido comprobar que este fenómeno también se da en Venus.

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