Explosión del primer Ariane 5 – ESA
El 4 de junio de 1996 el primer Ariane 5 tenía que haber puesto en órbita las cuatro sondas de la misión Cluster, pero en lugar de eso explotó a los 37 segundos de despegar.
Esto fue debido a que el Ariane 5G usaba el mismo sistema de navegación inercial que el Ariane 4 pero nadie había tenido en cuenta que la mayor potencia del Ariane 5 iba a hacer que al poco de despegar adquiriera mucha más velocidad horizontal que el 4 y que esto podía afectar al funcionamiento del INS.
Así, los valores que empezó a registrar el INS pronto quedaron fuera de lo que el software de control, heredado del Ariane 4, podía gestionar, lo que hizo que se quedaran colgados tanto el INS principal como el secundario, por lo que el cohete perdió estabilidad, lo que a su vez causó la activación del sistema de autodestrucción al detectar que los propulsores adicionales se separaban del cuerpo principal del cohete.
Por supuesto el problema venía de antes y no era sólo culpa de esos valores demasiado grandes, pues durante el proceso de diseño del Ariane 5 se cometieron varios fallos, quizás el más crucial de ellos no utilizar un INS verdadero durante las pruebas sino una simulación de sus resultados.
A Arianespace le costó más de un año analizar lo que había pasado y corregir los fallos para poder lanzar de nuevo un Ariane 5, lo que ocurrió el 30 de octubre de 1997, aunque en este caso el cohete dejó los satélites en una órbita más baja de la prevista.
Así, el primer lanzamiento con éxito de un Ariane 5 no ocurrió hasta el 21 de octubre de 1998 cuando puso el satélite Maqsat-3 en la órbita prevista.
La misión Cluster, por su parte, tuvo que esperar al verano de 200 para volver a ser lanzada; mientras tanto sus restos sirvieron al artista Sascha Mikloweit para hacer estas fotos:
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