Por @Alvy — 17 de diciembre de 2016

Leland Melvin, astronauta de la NASA, ya nos contó hace tiempo las cosas curiosas que el espacio le hace a tu cuerpo. Ahora vuelve en una vídeo-entrevista con la gente de Great Big Story para explicar ocho historias «increíbles» de la vida real en el espacio (que yo he ampliado a 12 porque merecen la pena, aunque ya conocíamos dos de ellas):

  1. Viajando a unos 28.000 km/h se da una vuelta a la Tierra cada 90 minutos; el Sol sale o se pone cada 45. En el hemisferio sur se puede ver un curioso brillo verde y en el hemisferio norte luces púrpuras, amarillas y azules, que son partículas chocando contra la atmósfera.
  2. A veces los rayos cósmicos impactan sobre la retina de los astronautas, haciéndoles ver destellos de colores, como un flash. (De eso les avisan el primer día que suben para que no crean estar imaginándolo, porque es muy real pero a la vez extraño.)
  3. Dormir en el espacio en un saco flotante puede parecer cómodo y placentero, pero hay tanto ruido de maquinaria alrededor de los astronautas que es como dormir en una fábrica.
  4. Entre la belleza de los colores que se ven en la Tierra y los efectos de los rayos cósmicos cuando estás dormido (o medio dormido) a veces tienen sueños muy vívidos en los que alucinan bastante con formas bailando y hombrecillos verdes. (Menos mal que este efecto es ya bien conocido.)
  5. Después de volver a Tierra algunos siguen con estos extraños sueños debido a las condiciones tan inusuales en las que han tenido que vivir en el espacio.
  6. En su segundo viaje Melvin tuvo que pasar el Día de acción de gracias en órbita: los siete astronautas pudieron compartir un pavo precocinado que se había subido expresamente para la ocasión y algo de maíz y patatas rehidratadas. Algunas tradiciones nunca se pierden.
  7. Al principio moverse en ingravidez es bastante complicado, pero a él le ayudó mucho haber sido un deportista de primera categoría (llegó a jugar en los Dallas Cowboys antes de una lesión). Puede ser debido a que los atletas saben controlar mejor sus micromovimientos y anticipar los resultados de sus acciones motoras.
  8. Durante su estancia su cuerpo se «alargó» entre dos y tres centímetros, porque la gravedad no comprimía su columna vertebral como en la Tierra.
  9. A los pocos días de estar en el espacio muchos astronautas tienen que utilizar gafas debido a los cambios de presión intercraneal, que son ligeros pero suficientes como para distorsionar la forma del ojo y desenfocarlo todo un poco. Cuenta que en la Estación Espacial hay una especie de «armario de las gafas» con todo tipo de graduaciones.
  10. En el espacio mola explorarlo todo, simplemente porque sí: incluso comer es una aventura porque la comida flota en el espacio. También es muy divertido jugar con agua (que se convierte en bolas flotantes).
  11. Estar en el espacio te hace sentirte muy especial, porque solo unas 500 personas han tenido esa oportunidad en toda la historia de la humanidad.
  12. Aunque todo sea muy guay y divertido el peligro de muerte es constante: un solo accidente y se acabó. Por eso practican muchos procedimientos de emergencia continuamente. El más peligroso es una despresurización debida a algún agujero (quizá producido por un micrometeorito) y puede ser letal a partir de 2 cm de diámetro. La segunda peor situación es un incendio.
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