El pasado día 6 Virgin Galactic llevaba a cabo con éxito el quinto lanzamiento de su avión cohete VSS Unity en otros tantos meses. Es el cuarto vuelo en el que iban a bordo «suborbinautas»¹ de pago. La misión Galactic 04 alcanzó una altitud máxima de 87,39 kilómetros y una velocidad máxima de Mach 2,95. Despegó a las 9:28 locales y el VSS Unity tomaba tierra a las 10:23.
Los pasajeros de pago eran, en el orden en el que la empresa los incluye en el manifiesto, Ron Rosano, de los Estados Unidos de América, una persona muy implicada en la educación acerca del espacio; Trevor Beattie, del Reino Unido, un ejecutivo publicitario y productor cinematográfico que compró su billete allá por 2004; y la aventurera y empresaria pakistaní Namira Salim, que se convertía en primera persona de ese país en volar al espacio (ejem).
Ejem porque, como siempre digo, la Federación Aeronáutica Internacional (FAI), la máxima autoridad en estas cosas, sigue colocando el límite del espacio en los 100 km de altitud, así que ningua de las personas que han volado en lanzamientos de Virgin Galactic han llegado al espacio según la definción más aceptada. Sin embargo la Administración Federal de Aviación (FAA) de los Estados Unidos y la NASA colocan ese límite en los 89 kilómetros, así que al menos en ese país, sí pueden decir que han ido al espacio.
Más allá de haber cumplido con su compromiso de llevar a estas tres personas en un vuelo suborbital Virgin Galactic parece que por fin está logrando mantener la cadencia de un vuelo al mes de la que hablaba cuando empezó con los lanzamientos comerciales. Aunque tendrá que aumentarla bastante si alguna vez pretende ser una empresa económicamente viable.
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¹ Le leí lo de «suborbinautas» ya hace algún tiempo a Daniel Marín y me parece un nombre genial para estas personas que participan en vuelos suborbitales, lleguen al espacio, como los de Blue Origin, o no.
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