Lanzado el 10 de diciembre de 1999 el observatorio espacial de rayos X bautizado como XMM-Newton se convierte desde hoy, 6 de septiembre de 2018, en la misión más longeva de la Agencia Espacial Europea al superar los 6.842 días que estuvo en servicio la sonda Ulysses.
X-ray Multi-Mirror Mission – Newton tiene tres telescopios, cada uno con 58 espejos concéntricos –de ahí lo de Multi-Mirror– con los que explora el universo en una de las zonas más calientes del espectro electromagnético, la de los rayos X. Con ellos es capaz de detectar millones de fuentes de rayos X.
Observa objetos como estrellas de neutrones, agujeros negros, y núcleos galácticos activos, lo que permite dar respuesta a cosas como qué sucede en las proximidades de un agujero negro o cómo fue el proceso de formación de galaxias en el universo temprano, por citar un par de ejemplos. Sus datos contribuyen a la publicación de unos 300 trabajos científicos al año.
Para ello dispone de unas cámaras con sensores CCD capaces de detectar variaciones en el brillo de una fuente de rayos X del orden de una milésima de segundo, un espectrómetro que permite analizar los elementos individuales de cada una de esas fuentes, y un telescopio ultravioleta y de luz visible que observa las mismas fuentes que los telescopios de rayos X para complementar sus observaciones. Newton y otros observatorios similares como Chandra y NuSTAR están en el espacio porque la atmósfera de la Tierra absorbe los rayos X que está diseñados para captar.
Se calcula que a Newton aún le queda combustible para al menos otros diez años, con lo que en principio aún le queda cuerda para rato. No está mal teniendo en cuenta que la misión inicial estaba prevista para dos años.
Está en Twitter como @ESA_XMM.