Por Nacho Palou — 10 de Junio de 2008
El experto en seguridad Bruce Schneier dedica un artículo titulado The War on Photography (Guerra a la Fotografía) a la creciente y absurda caza de brujas contra gente a la que le gusta hacer fotografías en lugares públicos.
«Hay una posibilidad infinitesimal» de que alguien que está haciendo fotos resulte ser un terrorista, pero en cambio es fácil hacer pasar esa amenza como probable porque la figura del terrorista que hace fotos de su objetivo es algo que hemos visto innumerables veces en películas de acción.
No hay apenas restricciones legales sobre lo que se puede fotografiar en lugares públicos. Si te acosa un agente, sea de seguridad pública o privada, estará actuando más allá de su autoridad [...]
No cedas tu derecho a fotografíar en lugares públicos. Es algo que merece la pena luchar. No contribuyas a propagar el cuento del terrorista fotógrafo. Este tipo de prohibición lo utilizábamos en su día para ridiculizar a la URSS.
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