Por @Wicho — 30 de diciembre de 2013

Estamos acostumbrados a tener que suspender nuestra incredulidad –o a protestar por ello– cuando en series como CSI comienzan a hacer zoom sobre una imagen hasta sacar una matrícula o el rostro de un sospechoso de un reflejo en un cristal o en la córnea de alguien.

De hecho en un capítulo de Castle el escritor que da nombre a la serie protesta cuando al hacer esta misma operación una imagen comienza a pixelarse y Beckett le contesta poco más o menos que eso es el MundoReal™ y no una serie de televisión.

Pero según se puede leer en Identifiable Images of Bystanders Extracted from Corneal Reflections en un experimento realizado con una Hasselblad de 39 megapíxeles y con buena iluminación los resultados a la hora de identificar a las personas cuyas caras se veían reflejadas en las córneas de la persona fotografiada fueron de un 71 por ciento para personas que no conocían a las personas que estaba fuera de cuadro y de un 84 por ciento para las que sí las conocían.

¡Que te pillan!
¡Que te pillan!

Si tenemos en cuenta que en el mercado hay móviles de 41 megapíxeles –aunque no son ni de lejos como los de la Hasselblad– y que la ley de Hendy dice que cada 12 meses se dobla el número de píxeles que ofrece una cámara por el mismo precio estas cosas pronto podrían dejar de pertenecer al reino de la imaginación desbocada de los guionistas de series de televisión para convertirse en una realidad.

Y si bien pueden ser de ayuda a la hora de resolver crímenes, también pueden ser un problema de cara a mantener la intimidad o según qué información, como por ejemplo donde fue hecha una foto, en secreto.

(Vía Boing Boing).

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