Por Nacho Palou — 27 de mayo de 2009
La dura vida de los pioneros. Antes de que se inventara el flash en 1929, los fotógrafos tenían que apañárselas sólo con la luz solar y si acaso con ingenios rudimentarios y peligrosos como lámparas de magnesio o gas.
Studio Lighting - Utilizar magnesio no resultaba seguro en el interior de un estudio. Era un desastre, causaba gran cantidad de humo y cenizas, y resultaba poco fiable y peligroso. Para la iluminación de estudio los fotógrafos quemaban carbón en oxígeno y dirigían la luz con un espejo cóncavo. También se iluminaba con gas dirigiendo una llama directamente a un cilindro de óxido de calcio o cal, el mismo tipo de iluminación que también se utilizaba entonces en el teatro.
En la fotografía de arriba (ver en grande) me llamó la atención el artilugio para mantener quieta la cabeza del sujeto retratado.