Por Masyebra — 8 de abril de 2008

Cuando vi la previsión de «lluvia segura» 24 horas antes de iniciar mi viaje a Sevilla durante la pasada Semana Santa, pensé seriamente en dejar la D3 en casa -a pesar de estar sellada- y llevar únicamente mi vieja D70. Pero pensando en que quería retratar la madrugá sevillana, no podía menospreciar su magnífico tratamiento de ruido. Así que tras una breve búsqueda por Internet, decidí comprar apresuradamente la funda Kata E-702. No podría haber realizado una compra mejor... porque llovió a cántaros.

Primeras sensaciones

Kata E-702La funda está construida con material de primera calidad, con costuras anchas y firmes. Básicamente, se compone de tres partes: un cuerpo transparente (el plástico) que abarca la teórica superficie de la cámara y el objetivo por su parte superior, varias zonas negras de una tela impermeable que cubre los antebrazos más la parte inferior del conjunto y una abrazadera firme de velcro que ciñe la funda al objetivo de turno. Las cremalleras, gomas (amarillas) y ajustes de cierre son igualmente de buena calidad, con un comportamiento firme y seguro.

En general, todos los elementos prometen una larga durabilidad y un bajo desgaste. La funda se puede plegar sobre sí misma, recogiendo las partes flexibles en el interior de la abrazadera; al menos ésa es la forma que me pareció más natural de guardarla.

El resultado es un paquete pequeño y ligero que es fácilmente ubicable en casi cualquier parte de nuestra mochila o dentro de un bolsillo amplio. ojo, porque todo ese velcro atrae fácilmente todo tipo de suciedad, pero basta con meter la funda en una bolsita de plástico y asunto arreglado. Además, así aislaremos cualquier humedad residual hasta que sequemos la funda en casa.

El montaje

La cámara se introduce por una amplia cremallera inferior, ajustando posteriormente la abrazadera al objetivo. Toda la operación nos llevará unos pocos segundos y no podría ser más sencilla. Por cierto: la cremallera es de doble paso y se ajusta muy bien a cualquier cabezal de trípode.

La abrazadera

La abrazaderaEsta pieza es una de las claves del éxito global, ya que hace las veces de sustentáculo para el resto de la funda, la cual se apoyará en él para cubrir el resto del equipo. Hecha de un plástico duro pero flexible, está cubierta completamente de velcro. Este gran acierto permite ajustarla fácilmente a cualquier objetivo o parasol de hasta 200 mm. Para objetivos a partir de 300 mm habría que adquirir el accesorio Kata E-704.

Por debajo de la abrazadera hay una extensión de tela que se ajusta al objetivo mediante el mismo sistema de gomas y cierres que en las mangas. Esta extensión llega hasta el borde mismo de la abrazadera, aunque yo prefiero dejarlo un poco más retrasado -al final del objetivo, detrás del parasol-, apoyando la pieza de velcro sobre el propio parasol.

Esta configuración nos ofrece una total maniobrabilidad del objetivo, agradeciendo que el parasol nos dé una cobertura extra ante la lluvia (ojo con adelantar demasiado la abrazadera, porque se puede meter en el campo de visión de la lente). El resultado final es un cierre tremendamente ajustado, haciendo prácticamente imposible la entrada de agua al interior:

El ajuste de la abrazadera es perfecto
El ajuste de la abrazadera es perfecto

La abrazadera no es totalmente recta en sus bordes, sino que en su parte anterior (hacia la cámara, por encima del objetivo) es más ancha. Esta especie de lengüeta protege mejor el objetivo sin mermar maniobrabilidad, ya que la mano opera desde abajo y siempre queda una oquedad para deslizar los dedos por debajo de la misma.

Un detalle interesante es la pequeña etiqueta o marca amarilla que destaca sobre la abrazadera. Su función es saber encontrar de un simple vistazo el centro de la funda y alinearlo con la línea media de la cámara. Muy útil cuando trabajamos sin trípode y nuestros movimientos desplazan ligeramente el conjunto.

El plástico protector

La funda cubre bien un 200 mmLa zona transparente es resistente pero dúctil al tacto, prometiendo no formar arrugas o pliegues permanentes e indeseados. Ondula muy bien.

Tras tres días de uso intenso (poner-quitar-poner...), el plástico no presentaba ni una sola arruga y estaba como el primer día. Aún bajo lluvia intensa, el visor, los mandos y la pantalla son perfectamente visibles y permiten un manejo casi perfecto de la cámara. El plástico no se empañó en ningún momento con el vaho potencialmente producido por el sudor de las manos que operan a escasos milímetros, y a veces en contacto directo con dicha superficie.

Zonas de tela negra

Mucho más flexibles que el plástico, su función es dar movilidad al conjunto y soportar las cremalleras y gomas de cierre amarillas. Son totalmente impermeables y hacen su trabajo a la perfección.

Disparando con la funda

Las mangas son muy ampliasObviamente, disparar bajo la lluvia nunca es cómodo, pero la Kata E-702 hace que el agua sea el menor de tus problemas. Los huecos para las manos son muy generosos; incluso con la cámara al cuello, son lo suficientemente amplios como para permitir que la cámara cuelgue, meter las manos y mantener la cámara a salvo de la lluvia.

El resto de dimensiones son igualmente generosas incluso para una Nikon D3 montando el magnífico (y largo) 70-200 2.8. En el álbum de Flickr incluyo también algunas fotos de la funda sobre el 14-24 2.8 porque este objetivo es sensiblemente más corto, pero tiene un diámetro de lente mucho mayor. Recordad que el parasol de esta lente es fijo y bastante corto. Con este objetivo las sensaciones de la funda cambian, porque la abrazadera cubre gran parte del objetivo (objetivo y parasol de menor longitud). La molestia es asumible y la cámara sigue siendo muy operativa.

Conclusiones

La funda Kata E-702 está pensada para cámaras SLR de cualquier tamaño y lentes de hasta 200m, ya sea para trabajo con trípode o con la cámara al cuello. Muy fácil de dominar, permite manejar nuestro equipo bajo lluvia intensa al 90% de su operatividad normal. Sea cual sea la combinación de cuerpo y lente que usemos, la funda Kata E-702 es un producto sobresaliente.

Y si comparamos su (bajo) precio al riesgo que supone estropear nuestra (elevada) inversión en material fotográfico, entonces no hay más que hablar.

El producto se puede encontrar en tiendas especializadas. En Caborian tenéis otro análisis con algunas fotos más -que he procurado complementar con las mías- y apuntes sobre el Kata E-704.

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