Por @Wicho — 12 de marzo de 2008

Kata R-103Uno de los problemas más habituales con los que se enfrenta cualquier usuario de gadgets es la necesidad de llevarlos de un sitio a otro y encontrar la bolsa adecuada para ello.

Hace algún tiempo me vi cada vez más en la necesidad de llevar conmigo un portátil y una cámara réflex con sus correspondientes objetivos y accesorios, así que tras investigar el tema por Internet y siguiendo los consejos de mi tendero habitual me decidí por una mochila Kata R-103, diseñada precisamente para llevar esa combinación de equipo.

El compartimento para el portátil

Situado en la parte de la mochila que va contra la espalda del usuario este compartimento permite llevar portátiles de hasta 15 pulgadas, y dependiendo del tamaño de este se puede llevar tanto en posición vertical como horizontal.

Un PowerBook, un MacBook de 15", o un iBook G4 de 13" por ejemplo, no caben en horizontal, con lo que ocupan ese espacio casi al completo, aunque si tienes un ordenador más pequeño que quepa en horizontal la mochila incluye un divisor horizontal semirrígido que se puede retirar y que permite llevar algún accesorio como por ejemplo la fuente de alimentación en la parte superior del compartimento en cuestión.

En cualquiera de los casos es posible meter además unas hojas, un periódico o revista y algún libro delgado, aunque la cosa ya empieza a ir un poco a presión.

El compartimento está forrado de un suave tejido amarillo que cumple la doble tarea de proteger lo que lleves en él contra rayaduras y a la vez permite ver claramente lo que hay dentro sin que se produzca el efecto «agujero negro» del que sufren otras bolsas con el interior forrado en una tela oscura.

El compartimento principal

Este está diseñado para llevar la cámara con un objetivo montado en el centro, apoyada sobre la parte inferior de la mochila, con los objetivos y accesorios que quieras llevar dispuestos alrededor de la cámara.

Está forrado de la misma tela amarilla que el compartimento del ordenador, con lo que lo que lleves en ella irá perfectamente protegido a la vez que perfectamente a la vista.

La mochila viene con un juego de divisores con velcro que puedes mover para organizar las cosas a tu gusto, y si no tienes suficiente con los que trae de serie Kata vende un kit de divisores adicionales.

En este compartimento caben un montón de cosas, como por ejemplo:

Kata R-103 con equipo dentro

Pero es posible cargarla bastante más, con los dos zooms a la vez y diversos accesorios pequeños.

Como se puede ver en la foto anterior una cremallera recorre todo el perímetro de este compartimento de tal modo que una vez abierta esta toda la tapa de la mochila se levanta para acceder a su interior.

Además la tapa de la mochila incorpora un «puerto de acceso rápido» con otra cremallera que permite extraer la cámara sin necesidad de abir toda la tapa. Para evitar accidentes al abrir este puerto la cámara se sujeta en el interior de la mochila con una tira de tela con velcro en sus dos extremos.

Esta tapa incorpora además dos pequeños bolsillos en su parte exterior en los que se pueden meter unas baterías, un lector de tarjetas, un lápiz USB o algún otro accesorio pequeño, y con pequeño quiero decir realmente pequeño, ya que por ejemplo la funda de unas gafas apenas cabe. Tiene además otros dos bolsillos en la parte interior en los que tampoco caben cosas muy grandes.

Por su parte, la tapa del puerto de acceso rápido tiene otro pequeño bolsillo con tapa transparente en su parte interna en el que podrás meter algún que otro accesorio delgado (filtros, tapas de objetivos, etc), aunque el acceso a este bolsillo es más bien incómodo.

Accesorios de serie

Además de todo esto la Kata R-103 viene con dos bolsas de redecilla, una funda para la lluvia y demás inclemencias a las que puedas someter a la mochila y un soporte para trípode que se sujeta por fuera a esta y que trae múltiples correas para sujetarlo de la forma que te parezca más cómoda.
  • Las bolsas de redecilla me parecen francamente inútiles y de hecho nunca las uso. En su lugar uso la bolsa para accesorios de una Lowepro Nova 2 que se ve en la foto de arriba para llevar el kit de limpieza de la cámara.
  • La funda, que es reversible (negra con el logo de Kata por un lado y plateada sin logos ni nada por otro para cuando hace mucho sol) es una buena idea mal ejecutada, ya que a diferencia de las bolsas de Lowepro que la incorporan en las que esta va siempre con la bolsa en la Kata va suelta, con lo que las posibilidades de que te la hayas dejado en casa cuando te haga falta son elevadas.
  • El soporte para trípode sí es útil y no tengo problemas para llevar con el un Manfrotto 290BWB o un monopié Carbon One de la misma marca (ambos descatalogados ya), y aunque tampoco está fijado permanentemente a la mochila en este caso hay menos posibilidades de que te lo dejes en casa a menos que también te olvides el trípode.

A la espalda

Las correas son de un material similar al neopreno, con lo que nunca se te clavan en los hombros por muy cargada que lleves la mochila aún con caminatas de 12-15 kilómetros o con ella todo el día a cuestas aunque no andes mucho, y además incorporan una pequeña tira de esas que unen ambas correas por encima del esternón que hace más cómodo el uso de la mochila.

Se pueden ajustar en varios puntos, con lo que puedes llevar la mochila más o menos pegada a la espalda, lo que se agradece enormemente en los días más calurosos.

Disponen también de dos puntos de anclaje para que puedas colgar la cámara del arnés de la mochila y no de tu cuello, para lo que entre los accesorios de la mochila vienen un par de segmentos cortos de correa a este efecto, aunque no los uso mucho. Estos enganches se pueden utilizar también para colgar otro tipo de accesorios como una funda de un teléfono móvil, de un reproductor de mp3, una botella de agua o similar, siempre que cuenten con un mosquetón que se pueda pasar por ellos.

También tiene un asa en la parte superior con un interior rígido y recubierta de una goma dura que es muy cómoda para cuando quieres llevar la mochila en la mano, aunque lo que no tiene la R-103 es cinturón para fijarla a la cintura y aliviar la carga de los hombros, pero lo cierto es que hasta ahora nunca lo he echado en falta.

Eso sí, hay que tener en cuenta que como todas las mochilas el acceso a lo que lleves en ella no es precisamente rápido, ya que tienes que quitártela y buscar un sitio en el que apoyarla antes de poder coger lo que necesites, lo que puede ser un problema en días lluviosos o según donde te encuentres, ya que es más que posible que la parte que luego tengas que colocar de nuevo contra tu espalda se manche.

Una combinación que he descubierto que funciona muy bien, si puedes llevarlo todo, es el usar la mochila con un cinturón como el Street and Field Deluxe Waistbelt de Lowepro con sus correspondientes fundas para objetivos y accesorios, pues de esta forma puedes llevar el equipo cómodamente a donde vayas a usarlo y luego cargar lo que más falta te haga en el cinturón para tener un acceso rápido a él. Si encima dispones de un sitio en el que dejar la mochila mientras tanto, mejor que mejor.

Kata R-103 con funda de objetivo LoweproOtra cosa que no me gusta de la mochila -de la gama de Kata en realidad- es que salvo la riñonera W-92 y la bolsa T-212 no hay accesorios para poder enganchar a la mochila y poder llevar algún objetivo más o una botella de agua, aunque dado que esta tiene una especie de trabillas en los laterales sí es posible enganchar en ellos aquellas fundas para objetivos de Lowepro que traen cintas horizontales (de la Lens Case 4 en adelante).

De viaje

En cuanto a viajar con la mochila, nunca he tenido problemas para llevarla en avión, ya que con unas dimensiones oficiales de 53×36×20× centímetros (alto×ancho×fondo) no sólo cabe en los compartimentos para equipajes sino que entra sin problemas debajo del asiento que tengas delante, aún en aviones pequeños como los CRJ.

El hecho de que la tapa se abra de todo también ayuda mucho en los controles de seguridad, ya que salvo en una ocasión hasta ahora siempre me ha bastado con colocar la mochila boca arriba con la tapa totalmente echada para atrás para pasarla por el escáner sin necesidad de tener que retirar nada de su interior salvo el portátil, que al menos en España hay que pasarlo aparte.

Y ojo, que con todo lo que puede llegar a caber en la mochila, todavía no es la solución para irte de viaje un par de días con el equipo de fotografía y las mudas de ropa necesarias, ya que una vez metido dentro la cámara y demás apenas queda sitio para nada más, así que habrá que seguir buscando una mochila que permita llevar la cámara con la empuñadura y los dos zooms (aunque no sea montados) y la ropa y enseres necesarios para viajes cortos de 3 ó 4 días, así que estoy abierto a sugerencias.

Mientras tanto la solución habitual que he adoptado para este tipo de viajes es llevar la Kata y un trolley pequeño que va prácticamente vacío y facturado, aunque en ocasiones he conseguido que me dejen subir ambos como equipaje de mano al avión.

En definitiva, tras más de un año usando esta mochila en diferentes circunstancias lo cierto es que estoy bastante satisfecho con la compra y de hecho la 103 se ha convertido en mi bolsa principal para la cámara, tenga que llevar el ordenador conmigo o no.

Pienso que la mochila vale con creces los alrededor de 150 euros que cuesta, en especial si comparas su precio con el del equipo que le vas a meter dentro.

Por cierto que Kata se dedica, además de a hacer bolsas para equipos de fotografía y vídeo, a fabricar chalecos antibala y similares (no, en serio), así que la calidad de la construcción de la mochila es impresionante, y en todo este tiempo no muestra el más mínimo signo de desgaste.

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