Por @Alvy — 2 de noviembre de 2008
Una pequeña pero preciosa historia de Alfred G. Buckham, un pionero de la fotografía aérea, en Mi caballo de cartón.
La primera gran vocación de Alfred G. Buckham (1880-1953) fue la de ser pintor, pero después de ver las obras de Turner en la National Gallery de Londres, hizo una hoguera con sus propios cuadros y emprendió su doble carrera de piloto y fotógrafo (...) Después de estrellarse nueve veces, se vio obligado a someterse a una traqueotomía. Pero lejos de abandonar, siguió volando y tomando fotografías aéreas con su pesada cámara (...) A 20.000 pies de altitud, sin una cabina protectora, el aire gélido, que penetraba directamente en sus pulmones a través del tubo que tenía insertado en el cuello, no le impedía realizar estas maravillosas fotos.