Cada cámara deja su huella en la fotografía que produce por la forma y procesado con la que trata los píxeles que dan lugar a la imagen. La idea por tanto consiste en "descodificar" la imagen resultante.
Esta técnica depende puramente de la ingenería detrás de la imagen, de modo que no entra ni tiene nada que ver con el archivo o los datos EXIF, IPTC o XMP que pueda haber almacenados en ella.
En las pruebas iniciales el resultado ha sido de un 90 por ciento en los aciertos. Si bien es cierto que pueden existir muchos modelos de cada cámara, ésta sería una forma de acotar o una posible vía de investigación adicional para casos o delitos bajo investigación.