Por Nacho Palou — 12 de septiembre de 2017

Siempre resulta fascinante ver cómo un producto va cogiendo forma a lo largo de una cadena de montaje y cómo después del proceso se inicia la existencia de un objeto que antes no existía; cómo va encajando todo perfectamente y el aspecto impecable tiene un producto recién fabricado.

El vídeo de Richard Seymour documenta la línea de ensamblado de cámaras Leica M10 (que cuesta unos 6500 euros) en Wetzlar, Alemania, las cuales se montan a mano en casi su totalidad a excepción de los circuitos y componentes electrónicos. Cada Leica M10 requiere unir correctamente 1100 componentes individuales.

Sorprende el cuidado y la minuciosidad de los trabajadores tanto como sorprende la simpleza con la que trabajan en algo tan delicado e impoluto. Caray, hasta la pegatina con el logo está puesta a mano y queda perfectamente recta, supongo.

Por cierto que echar un vistazo a este vídeo tiene en mi opinión una utilidad práctica: conocer qué partes de la cámara limpiar, con qué y cómo hacerlo. Por ejemplo, ver que los trabajadores limpian el sensor o el visor sin ningún temor usando aire comprimido y esponjas con líquido limpiador —que debe ser esencialmente el mismo que viene en un buen kit de limpieza de cámaras— debería desmitificar esa tarea básica de mantenimiento que muchos fotógrafos evitan o comparan con una intervención de neurocirugía.

Vía PetaPixel.

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