Por @Alvy — 30 de octubre de 2006
Aunque su funcionamiento práctico había podido ser demostrado a pequeña escala, el invento parecía una quimera que nunca llegaría a tener ningún valor. Una y otra vez le declararon un «visionario», pero su sistema quedó estigmatizado como ridículo.
– Necrológica de Samuel Morse en el New York Times, 1872.