Por @Alvy — 13 de agosto de 2005
Lo mejor del correo electrónico es que, cuando lo envías, es imposible conectar con la persona que está al otro lado. Es mejor que los contestadores automáticos, porque, con ellos, la persona que recibe la llamada podría contestar al teléfono y tú tendrías que hablar.
Microsiervos (Douglas Coupland, 1995)