Por @Alvy — 4 de noviembre de 2010

Los hombres viven obsesionados por la inmensidad de lo eterno. Por eso nos preguntamos: ¿tendrán eco nuestros actos, con el devenir de los siglos? ¿Recordarán nuestros nombres los que no nos conocieron cuando ya no estemos? ¿Se preguntarán quiénes éramos?

– Aquiles (Troya, 2004)

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