Por @Wicho — 30 de diciembre de 2021
El ejercicio de la imaginación es peligroso para quienes se benefician de la forma en que están las cosas porque tiene el poder de mostrar que la forma en que están las cosas no es permanente, no es universal, no es necesaria. Al tener ese poder real, aunque limitado, de poner en cuestión las instituciones establecidas, la literatura fantástica tiene también la responsabilidad del poder. Quien narra la historia es quien narra la verdad.