El gadget SmartHalo se acopla al manillar de una bicicleta normal y proporciona al ciclista información —con un sencillo juego de luces— que resulta útil mientras se monta en bicicleta — información que procede del teléfono móvil.
Probablemente lo más interesante de SmartHalo es el funcionamiento de la navegación GPS. Se elige el destino hasta el que se quiere pedalear en el teléfono móvil y SmartHalo indica de forma visual la ruta a seguir: si hay que girar a un lado o a otro, si hay que dar la vuelta y cuando se llega al destino.
También cumple otras funciones, como indicar al ciclista si el teléfono móvil está sonado o si ha recibido un mensaje en el móvil. Mientras se está pedaleando SmartHalo también funciona como monitor de actividad registrando la duración del recorrido, la distancia y la velocidad promedio, las colorías quemadas y el desnivel; también puede almacenarla ruta que se ha realizado.
El sensor de movimiento del accesorio también cumple la función de alarma antirrobo: si la bicicleta se mueve repetidamente sin que el móvil del próximo se activa una alarma sonora y luminosa —la alarma se puede desactivar con un código táctil en caso de que el propietario quiera utilizar la bicicleta sin llevar el móvil o son batería en el teléfono.
Finalmente, SmartHalo funciona como luz que se enciende automáticamente cuando anochece. Con todo, según sus desarrolladores con un uso normal la batería dura unas tres semanas.
Para la carga de la batería hay que desmontar parcialmente el accesorio con una llave específica y usar un cargador USB — llegados a este punto que el accesorio no se cargue aprovechando el movimiento de la bicicleta se antoja un poco desperdicio, pero también es cierto que eso complicaría notablemente el accesorio y su instalación por parte del usuario. (O igual no: Cómo construir un cargador eólico de móvil para instalar en la bicicleta).
Si todo va según los previsto —el proyecto ya ha superado de largo la financiación solicitada—, SmartHalo estará disponible a principios del año que viene.
Vía Condé Nast Traveller.