Poco a poco los libros electrónicos de la plataforma Kindle de Amazon le han ido comiendo terreno a los libros de papel de toda la vida.
En julio de 2010 se vendían más ebooks Kindle que libros de tapa dura. En diciembre de ese año los libros Kindle adelantaron a los libros en rústica para convertirse en el formato más popular.
Pero hoy Amazon ha anunciado que ya no es necesario matizar nada y que desde principios de abril los libros Kindle se venden simple y llanamente más que los libros en papel, combinando todos los formatos: Amazon.com Now Selling More Kindle Books Than Print Books.
Por lo visto, se venden unos 105 libros Kindle por cada 100 en papel… Y la diferencia tiene toda la pinta de ir creciendo ya que las ventas de libros Kindle de Amazon en lo que va de año son un 300% de las del mismo periodo del año pasado.
En mi opinión, y como un usuario cada vez más convencido de la plataforma, esto tiene mucho que ver con la gran variedad de títulos y lo enormemente sencillo que es el proceso de compra.
A esto se le añade la opción de poder leer los libros que se adquieren en Amazon en multitud de dispositivos distintos, empezando por el Kindle propiamente dicho, pero pasando por los dispositivos iOS, ordenadores con Mac OS X o Windows, Blackberries, etc…, lo que es tremendamente cómodo.
Mientras tanto, en España, Libranda sigue siendo Libranda y no acaba de despegar, entre otras cosas porque parece dispuesta a no vender un sólo ebook (y esto lo dice Juan José Millás, un escritor).
Yo sigo preguntándome, si se supone que es una plataforma de distribución de libros electrónicos, por qué no los ofrece a través de las tiendas con las que trabaja en varios formatos compatibles con distintos dispositivos, a elección del comprador.
Creo que debería prescindir incluso de los sistemas DRM, que históricamente en cualquier plataforma ha servido sólo para molestar a los que quieren comprar y nunca ha servido para evitar la existencia de copias no autorizadas.
Aunque sólo sea para que los que quieren comprar ebooks en español encuentren donde hacerlo y no se vean obligados a buscarlos en sitios alternativos.
Pero no parece que las cosas vayan a ir por ahí, como ya dije cuando escribí aquello de Las grandes editoriales españolas y el libro electrónico: un desastre en ciernes.
(Geeky Gadgets vía DVICE).