He estado probando los Philips SHB6250 gracias a una unidad que nos prestó el fabricante; estas son mis impresiones.
Se trata de unos auriculares de diadema, de esos de toda la vida que van por encima de la cabeza, aunque por el tamaño de los altavoces, de 40 milímetros y de neodimio, no cubren la oreja por completo. Vamos, que son de esos que se denominan supraaurales. A cambio, se giran 90º con respecto a la diadema, lo que facilita mucho su almacenamiento y transporte. La diadema es un poco más gruesa de lo habitual, ya que alberga la batería.
Son además inalámbricos –no tienen cable ni la opción de usarlo– y se emparejan vía Bluetooth (3.0+EDR, soporta los perfiles A2DP, AVRCP, HFP y HSP, por si le interesa a alguien) o por NFC con el dispositivo con el que quieras usarlo sin ninguna complicación.
El auricular derecho incorpora todos los botones de control, así como el conector micro USB para la carga de la batería, de polímeros de litio, y no reemplazable por el usuario, que da, según las especificaciones del fabricante unas once horas de uso entre carga y carga y 200 en espera. El cable USB viene incluido.
No me dediqué a medir exactamente estos tiempos, pero para el uso que les he dado me bastaba con un par de recargas a la semana.
El auricular derecho alberga también el micrófono que permite a los SHB6250 funcionar como manos libres para el móvil.
Finalmente, también está ahí un pequeño indicador LED que sirve para saber si la batería se está acabando, si los auriculares están en modo de emparejamiento, si están emparejados, o si no están emparejados con ningún dispositivo.
El altavoz izquierdo, por su parte, es el que alberga la zona de emparejamiento mediante NFC, que no he podido probar.
En uso la calidad del sonido de los SHB6250 me pareció más que adecuada, con unos bajos decentes pero no excesivos, aunque he de decir que mis fuentes habituales son mi biblioteca de iTunes y Spotify, con lo que no es que haya probado precisamente fuentes de alta fidelidad.
Como manos libres también suenan y recogen la voz sin problemas.
Eso sí, el que no cubran las orejas del todo y que no incorporen ningún sistema activo de cancelación de ruido hace que se cuelen los ruidos externos con cierta facilidad, lo que puede ser bueno o malo según se mire: es poco probable que te atropellen porque no te enteras de que te pitan, pero en un avión o en un tren, por ejemplo, vas a oír más ruido del que querrías.
Lo que menos me gustó de los SHB6250 fueron los botones de subir y bajar volumen y el de avanzar y retroceder pista.
Los botones de subir y bajar volumen hacen lo que esperas de ellos, pero al llegar al final de su recorrido emiten un pitido para que sepas que no puedes subir o bajar más el volumen, pitido que corta el audio que estás escuchando, en lugar de mezclarse con él, que es, con mucho, la opción que hubiera preferido.
En cuanto al botón de avanzar o retroceder pista, colocado entre el de subir y el de bajar volumen, me pareció extremadamente difícil de distinguir al tacto de los otros dos, así como de accionar.
Creo que hubiera sido mejor que este botón sobresaliera más de los que lo rodean, e incluso que en lugar de funcionar mediante pulsaciones lo hiciera inclinándose hacia delante y atrás para pasar o retroceder una pista, aunque probablemente lo mejor sería que estuviera en un lugar distinto, convenientemente apartado de los otros dos.
Los SHB6250 salen por 70 euros en Amazon, y por su calidad de sonido y comodidad los recomendaría, aunque me tira un poco para atrás el asunto del funcionamiento de los botones que acabo de comentar.