Por @Wicho — 20 de enero de 2006

Siempre he dicho que lo peor del iPod son los auriculares que trae de serie, no tanto porque suenen mal sino porque, al menos en mi caso, no encuentro la forma de colocármelos en las orejas de tal forma que no se escurran y apenas oiga la música y sí todo el ruido ambiente que pueda haber… Y paso de ir por la calle con los índices metidos en los oídos para mantener los cascos en su sitio ;-)

Por eso a poco de tener mi primer iPod y tras «googlear» un poco el tema compré unos auriculares de tapón Sony MDR EX-71SL que mejoran sensiblemente la experiencia al ir introducidos en el canal auditivo y así bloquear el ruido ambiente sin caerse.

De todos modos, tenía ganas de probar unos auriculares de gama más alta para ver si realmente sonaban tan bien como dicen los que los usan, curiosidad que pude satisfacer gracias a que uno de mis regalos de cumpleaños fueron unos auriculares aislantes del sonido Shure E3c.

En la caja

Los auriculares vienen en la típica caja transparente termosellada que hay que cortar para poder sacarlos. Odio este tipo de embalajes.

En ella vienen, además de los auriculares:

  • Shure E3C y accesoriosUn estuche para transportarlos.
  • El certificado de garantía de dos años.
  • Una herramienta para sacar la cera que se pueda acumular en la punta de los cascos.
  • Las instrucciones en varios idiomas.
  • Un «conjunto de ajuste personal» que consiste en par de fundas de cada uno de los tipos que Shure fabrica para cubrir la parte de los cascos que se mete en el oído.

En uso

Igual que los Sony que he mencionado los E3c son auriculares de tapón, por lo que se usan insertados en el canal auditivo, con lo que es muy importante colocarlos bien para que no molesten y conseguir un buen sellado para que suenen bien y a un volumen adecuado.

Para ello es más que recomendable leer el manual para ver cómo ponértelos y cómo colocar el cable, y es imprescindible probar las distintas fundas hasta dar con las que mejor se adaptan a tus oídos.

En mi caso las fundas que encuentro más cómodas son sin duda las de espuma flexible, pues las aplastas entre los dedos antes de colocarte los cascos y luego se expanden de nuevo, con lo que el sellado es óptimo y a la vez lo suficientemente flexible como para amortiguar las vibraciones transmitidas a través de los cables al rozarse con la ropa, las que provocas al andar, o incluso las de tus propios latidos.

Lo malo de estas fundas es que acaban ensuciándose y perdiendo la flexibilidad, por lo que hay que cambiarlas cada cierto tiempo; cada juego de diez cuesta 19,95 euros.

Las fundas blandas de silicona de tamaño mediano también se adaptan bastante bien a mis oídos, pero las encuentro más incómodas, sobre todo si voy a estar un rato más o menos largo con los cascos puestos, y se notan mucho más los ruidos que acabo de citar.

Un truco que leí por ahí si decides usar las fundas de silicona es que para que sea más fácil ponerte los cascos con ellas puedes humedecerlas un poco. Dejaré a tu imaginación el ejercicio de imaginar cómo ;-)

En cualquier caso, insisto en que cada uno tiene que probarlas y ver el tipo de funda que la va mejor. Eso sí, una vez conseguido un buen sellado la calidad de estos cascos es evidente al momento.

El sonido procedente de ellos mucho más matizado y limpio que el de cualesquiera otros cascos que haya probado, con una claridad y detalle que me dejaron asombrado. Poco a poco vas comprobando que lo que dice Shure en su publicidad de que oirás cosas que antes no oías no es ninguna exageración «marketoide», y a menudo descubrirás que sonidos que antes percibías como uno sólo se convierten en dos o más sonidos perfectamente diferenciados.

La única observación que haría es que los bajos no son del tipo «chunda-chunda» que te hace vibrar las muelas, aunque para mi gusto suenan perfectamente… Y que descubrirás que tu ordenador y tu iPod hacen ruiditos cuando no están reproduciendo música

Otra cosa que descubrirás es que puedes escuchar la música con un volumen de salida mucho más bajo, pues al quedar aislado de los ruidos del entorno el volumen aparente es mucho mayor. En mi iPod, que como todos los demás que se venden en Europa tiene limitado el volumen máximo de salida a causa de una ley francesa al respecto, me resulta imposible escuchar nada con el volumen a tope, aunque como digo antes tampoco es necesario.

Este aislamiento tiene además la ventaja de que cuando vas, por ejemplo, en un autobús, no te molestará el ruido del motor de éste, y por lo que he leído por ahí lo mismo pasa cuando viajas en avión.

Pero ojo, que también puede ser peligroso si vas despistado por la calle porque no oirás los coches que se te acerquen, con lo que si eres de los que cruzan «de oído» puedes llevarte un susto.

Conclusión

Con un precio de 179 euros en la Apple Store o 154,31 euros si puedes comprar en Apple Store Educación, aunque como siempre lo de los precios es cambiante y cuestión de buscar un poco, ¿valen estos cascos lo que cuestan?

Dejando aparte las prestaciones puras y duras en lo que se refiere a respuestas de frecuencia, decibelios de aislamiento y cosas similares, escoger unos cascos es una cuestión de gustos, igual que lo es la música que escuchas, y como sobre gustos no hay nada escrito, mi consejo es que si te decides a comprarlos lo hagas en un sitio en el que puedas devolverlos si no quedas satisfecho con como suenan, aunque eso puede ser complicado debido a la dichosa caja termosellada; otra opción es que te dejen probar algunos de demostración, pero hacer una prueba rápida de estos cascos es complicado porque hasta que le vas cogiendo el truco es difícil conseguir un buen ajuste a la primera.

Además, es especialmente importante que los pruebes si nunca has usado unos auriculares de tapón, porque no todo el mundo se adapta a ellos.

Pero en definitiva para mi estos cascos sí valen su precio, sin lugar a dudas. Son de largo los mejores que he tenido nunca, y gracias a ellos disfruto mucho más de mi música y de mi iPod.

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