Por Nacho Palou — 8 de enero de 2010

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Desde el principio de los tiempos Vodafone ha apostado fuertemente –probablemente más ninguna otra operadora– por el acceso a Internet a través de conexión 3G, tanto desde el móvil como desde el ordenador. Actualmente cuenta con una amplia oferta de productos y servicios para aquellos clientes que opten por este tipo de acceso, que en algunos aspectos comienza a resultar tanto o más atractiva que el ADSL o la conexión por cable convencional.

Actualmente el acceso a Internet desde el ordenador a través de 3G tiene dos grandes peros,

  1. La limitación en el volumen de tráfico mensual (que típicamente va de 1 a 10 GB al mes). Esta medida se refiere a lo que ocuparían todos los datos descargados y enviados a Internet si se guardasen en un disco duro. Normalmente una vez alcanzado el límite (cuya cantidad viene determinado por el plan contratado) la velocidad de navegación se reduce hasta unos irrisorios 128 Kbps, velocidad que en la vida han experimentado la mayoría de los actuales usuarios de Internet y que, aunque hace quince años era vertiginosa, hoy desesperaría hasta al más paciente de los internautas.
  2. La posibilidad de compartir la conexión con otros ordenadores o dispositivos (móviles o videoconsolas con WiFi, por ejemplo) ya que el método de conexión habitual consiste en un módem 3G que se conecta al ordenador por USB y hasta hace poco no había una forma fácil y evidente de compartir esa conexión con otros usuarios.

Dos buenas noticias son que recientemente Vodafone anunció que eliminaba en parte el límite de volumen mensual en su banda ancha móvil. Es decir, que no lo aplicaría aunque el usuario llegase a la cuota asignada pero (siempre hay un pero) sólo cuando no hubiera saturación de red.

Esto en principio eliminaría de la ecuación el primer gran pero de la conexión 3G, aunque queda por ver qué significa exactamente que no haya saturación de red. Ya que esto es algo que sólo puede saber la operadora la decisión de cortar o no el grifo queda totalmente a su discreción. En cualquier caso es un avance que hará que muchos usuarios ni se percaten de que existe esta limitación.

También es una buena noticia que de un tiempo a esta parte se ha incrementado el catálogo de productos relacionados con el acceso a Internet a través de 3G desde el ordenador u otros dispositivos más allá del móvil. Uno de ellos es la base WiFi para módem 3G que comercializa Vodafone (desde 9 euros) y que hemos tenido ocasión de probar, y que elimina el segundo gran pero.

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Básicamente la idea es disponer de un router inalámbrico, como el que se instala junto con las líneas ADSL, pero cuya conexión a Internet viene proporcionada por el módem USB 3G, en lugar de la línea telefónica.

La caja incluye la base, el módem USB 3G K3765 (aunque es compatible con otros módems ya comercializados por la operadora), el adaptador de corriente y una guía rápida que es más que suficiente para ponerlo en marcha.

El proceso de instalación es decepcionantemente fácil y se resume en tres pasos,

  1. Conectar el módem USB a la base WiFi y enchufarla,
  2. Desde el ordenador acceder a la red WiFi creada por la base. La contraseña está en la etiqueta inferior de la base,
  3. Acceder a una IP local (192.168.0.1) con el navegador web: se abrirá una página para escribir el PIN de la tarjeta SIM del módem USB.

Y listos. A partir de ahí se puede navegar vía 3G desde cualquier dispositivo –hasta cinco– que se conecte a esa red WiFi.

La velocidad máxima depende de la cobertura 3G disponible (hay ciudades con zonas con hasta unos 21 Mbps) pero con este módem puede ser como máximo de 7,2 Mbps de bajada y los 2 Mbps de subida.

El precio mensual de la conexión 3G es similar al de un ADSL típico de 6 Mbps (unos 39 euros al mes) pero con la ventaja de que no depende de una línea de teléfono fija por lo que, además de no tener que pagarla, te puedes llevar la conexión cuando sales de casa o cuando te vas de vacaciones.

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