La temperatura, el pulso y la frecuencia de la respiración; los niveles de actividad, posiciones y las calorías quemadas son las variables que puede medir el «collar inteligente» PetPace para perros, gatos (¿los gatos hacen ejercicio?) y otros animales domésticos como el hurón o el cerdo vietnamita.
Los datos se envían automáticamente al teléfono del usuario o al ordenador y la aplicación envía notificaciones si detecta algún cambio significativo. En teoría, según el fabricante, el collar de 150 dólares (más 15 dólares al mes por el “servicio”) permite saber cuándo el perro, o el animal que sea, se pone enfermo. A ese precio supongo que el collar se encarga también de llevarlo al veterinario.
Y yo creía que medir la actividad física de uno era el dato más irrelevante en la historia de lo irrelevante. Pues no.
Vía (¡ouch!) New Scientist.