Por @Alvy — 21 de octubre de 2019

Chris Staecker colecciona máquinas sumadoras, calculadoras y registradoras antiguas. En su canal de YouTube muestra su funcionamiento además de contar algo sobre su historia y curiosidades. La serie dedicada a estos pequeños aparatos tiene ya muchos episodios y merece la pena echarle un vistazo. Este modelo en concreto es la Addiator, un tipo de máquina sumadora portátil que cabía en cualquier bolsillo y comenzó a fabricarse en 1920. Se usaba con un lápiz metálico y algunos modelos podían restar y calcular con números negativos.

Como puede verse el mecanismo parece relativamente sencillo, aunque tiene su truqui. El lápiz había que usarlo en vertical para que las cifras se sumaran correctamente. Cuando la suma pasaba del 9 al 0 había que «llevarse una», de modo que como indicador de acarreo aparecía una flecha en el visor de resultados. Ese cálculo no era mecánico: había que continuar incrementando la siguiente columna con el lápiz y ajustando el valor de la columna actual, que «daba la vuelta» pasando por el cero. A pesar de esas breves interrupciones durante los cálculos usar la Addiator era más rápido y seguramente preciso que sumar a mano.

En Vintage Calculator tienen más fotos de las Addiator, e incluso un manual de instrucciones de la Addiator [PDF] con ejemplos.

Otro modelo que me llamó la atención es The Itemizer de 1950, un modelo por alguna razón diseñado «para las mujeres calculadoras». Era una rueda circular con un muelle interior. Básicamente funciona girando el dial para marcar las cifras (de 00 a 99), haciendo un clic e introduciendo el segundo número. El resultado se podía consultar en el marcador de la derecha (dos cifras) con las centenas a la izquierda. Del mismo modo servía para restar. Por ahí hay un Manual de The Itemizer [PDF].

Katherine G. Johnson / NASA

Aunque el Itemizer se vendía en una caja muy bonita «pensada para mujeres» (WTF), con mensajes como «ideal para el supermercado», «para llevar los gastos de la casa» o «calcular la cuenta en el restaurante» y su aspecto era «elegante, para atarlo a la cintura» también puede verse en la mesa de la mismísima Katherine G. Johnson, una de las mujeres que calculó las trayectorias de los primeros vuelos espaciales de la NASA en los años 60. ¡Chúpate esa, Itemizer!

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