Esta copa que levita no tiene ninguna utilidad práctica más allá de «mejorar la experiencia de beber y dejar a tus invitados boquiabiertos». Que la copa flote en el aire tampoco supone ningún beneficio para la bebida, a la cual le da igual si la copa está volando por ahí o apoyada sobre la mesa.
En cambio esta copa que desafía la gravedad mientras contiene tu bebida favorita incrementa la probabilidad de que ésta acabe derramada. Pero qué más da, mola.
La copa que levita está disponible en varios varios sabores: copa para cóctel, para cerveza, para café, y para postre.
El aviso es innecesario pero ahí queda: las copas (45 euros) no levitan sin la base (140 euros).
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