Por @Alvy — 28 de Octubre de 2024

Sobre la definición de «inteligencia artificial de código abierto»La Open Source Initiative ha abierto una consulta pública acerca de la primera versión de la definición de «inteligencia artificial de código abierto». La idea es que todo el mundo esté más o menos de acuerdo en el de qué estamos hablando y luego sobre qué debería poderse hacer con una IA cuando se considere que es de código abierto.

En general al hablar de estos «sistemas» se considera tanto al sistema como al modelo, a los pesos, parámetros y otros elementos, en su totalidad. Las libertades están entendidas en el sentido tradicional del código abierto:

  • Utilizar el sistema para cualquier finalidad, sin tener que pedir permiso a nadie.
  • Estudiar cómo funciona el sistema y poder inspeccionar todos sus componentes.
  • Modificar el sistema para cualquier finalidad, e incluso modificar los resultados que proporcione.
  • Compartir el sistema para que otros lo utilicen, con o sin modificaciones, con cualquier finalidad.

En la web que ha habilitado la Open Source Initiative hay un formulario con el cual cualquier persona o institución puede mostrar su apoyo y hacer que su nombre aparezca en la versión 1.0 de la Definición de IA de Código Abierto.

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Por @Alvy — 27 de Octubre de 2024

Sobre el orden y orientación de las llaves

Esta curiosa nota de Practical betterments habla sobre el Orden y orientación de las llaves en los llaveros. La típica cuestión sobre la que la mitad de la gente dirá: «pues nunca me había fijado, qué más da…» y la otra mitad, «¿pero cómo puede alguien no haberse fijado nunca en ello?»

Quizá lo de mitad-y-mitad sea exagerado y sea más bien 90-10, pero en cualquier caso quien más quien menos alguna vez le habrá echado una pensada, al menos al cambiar las de llavero, añadir llaves nuevas o reemplazar las viejas. ¿Deben ir agrupadas por formas? ¿Por zonas de uso u otro tipo de agrupación? ¿Es bueno insertar unos llaveros o argollas unos dentro de otros?

En el miniartículo explica que lo más conveniente es orientarlas todas de modo que los dientes queden del mismo sentido, para no tener que darle la vuelta al llavero al deambular por la casa. Luego viene la lógica de ordenarlas en el sentido de giro de las agujas del reloj (en parte porque las cerraduras suelen abrirse así y en parte porque la mayor parte de la gente tiende a pensar que debe ser así). De ese modo se abre una puerta girando, se pasa a la siguiente en el mundo sentido de giro, etcétera.

Finalmente viene el asunto de agruparlas: utilizar llaves de coche, mosquetones o incluso anillas o anillas con más llaves para separar los grupos: las de una casa, las de los trasteros, las de la casa del pueblo, en fin, cada cual según lo que tenga que proteger.

Recordemos las geniales disquisiciones de Enrique Dans sobre las ***** llaves como tecnología ancestral. Un instrumento tecnológico que todos llevamos encima, que probablemente es el más antiguo y a la vez el más resistente y crítico que se pueda concebir. Ojo cuidao con todo lo que implican; dale una pensada.

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Por @Alvy — 25 de Octubre de 2024

Este viejísimo minidocumental de 1968 es toda una joya de la arqueología informática. Muestra cómo era el Graphic 1, un equipo de los Laboratorios Bell que combinaba gráficos y música y que data de 1965. Era básicamente una consola que utilizaba tanto un lápiz óptico como un trackball y un teclado con software especializado en tareas de diseño y música.

El Graphic 1 estaba conectado a un pequeño PDP-5 de DEC y los datos se enviaban a un IBM 7094 que estaban en la habitación de al lado. Sí: todavía eran tiempos en los que los ordenadores ocupaban habitaciones (y tenían tan poca capacidad como que sólo podían guardar ocho imágenes). Su inventor fue William Ninke.

En el documental pueden verse varios usos que se planteaban para este equipo. El primero es lo que hoy en día llamaríamos un simulador o creador de «gemelos digitales» para circuitos electrónicos. Los ingenieros colocan componentes y los van uniendo para luego verificar si el circuito funciona o no, en este caso, un amplificador. Poder «probarlo» sin tener que recurrir a componentes físicos se supone que es más rápido y barato.

Otro de los usos es el de la creación de películas con gráficos generados por ordenador, principalmente imágenes de objetos en 3D, patrones aleatorios y simulaciones. Teniendo en cuenta de la época en la que hablamos la calidad no es del todo mala, aunque estaba limitada al blanco y negro y poca resolución.

También se muestran algunos experimentos sobre la creación de música y de voz sintetizada. Todo suena muy antiguo, artificial y «sintético», claro, nada de un ChatGPT con voz avanzada imitando acentos regionales. Aquí la música recuerdan a los canales del chip de sonido de los Commodore-64 (por no decir del «beep» del Spectrum) y la voz suena a una mezcla entre VoiceMaster y Robbie the Robot. Cosas de la época.

Aquí hay otro vídeo «oficial» de la máquina, aunque no tiene audio:

De este invento existió una segunda versión dos años después, a la que llamaron poco originalmente Graphic 2. Teniendo en cuenta que la primera era de 1965 y el Graphic 2 ya existía por tanto en 1967, puede que la versión que se vea en el primer documental, de 1968, sea más bien esta segunda y la del vídeo oficial la primera.

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Por @Alvy — 24 de Octubre de 2024

Viajando por los cables de internet a velocidades lumínicas

Con los datos en bruto de CloudPing el profesor Den Dicken ha desarrollado AWS data center latencies, donde se puede ver haciendo clics en los nodos de AWS la latencia o retardo que tienen las señales a otros nodos de la red de servidores de Amazon.

El asunto es cuando menos curioso, porque lógicamente la latencia depende en gran medida de la distancia, así que no es lo mismo apuntar desde Europa a Estados Unidos que a América del Sur, Sudáfrica o Australia. Las diferencias son de unas decenas de milésimas de segundo, pero todo suma y se acumula. Los resultados pueden verse coloreados en líneas verdes, amarillas o rojas según estén por debajo de los 100 ms, por encima de los 200 o entre medias.

Las señales viajan por fibra óptica, ya sea terrestre o a través de cables submarinos, a velocidades lumínicas, entiendo como tales más de 200.000 km/s. De hecho sabemos que la velocidad de fotones en la fibra óptica es de unos 204.218 km/s como máximo, lo cual encaja con las latencias que se miden, siempre que se añada la latencia de otros equipos de conexión a la red (lo cual reduce esa velocidad máxima en un 50-75%). Siguen en marcha iniciativas como las de la fibra óptica de núcleo hueco o «al vacío» que acelerarían un 46% la velocidad máxima tradicional, reduciendo a la vez la latencia un 30%.

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