El iPad Pro de 9,7 pulgadas con el teclado Smart Keyboard.
El iPad Pro de 9,7 pulgadas contiene la tecnología y la capacidad del iPad Pro en el formato, tamaño y peso, del iPad Air 2. Esto significa, por una lado, potencia a raudales y la posibilidad de usar la funda con teclado integrado y el Apple Pencil, que son accesorios opcionales.
Por otro lado significa que este modelo más pequeño y más ligero resulta más cómodo de manejar y de cargar que el iPad Pro «original» con su espectacular, y también gigante, pantalla de 12,9 pulgadas.
El iPad Pro de 9,7 equilibra perfectamente prestaciones y portabilidad. La opinión más extendida es que el iPad Pro no «sirve» todavía un sustituto al ordenador portátil, aunque esto depende de cada uno y de qué tareas se hagan con el ordenador, de cómo y de para qué se utilice.
La inclinación del iPad Pro en la funda con teclado de Apple es siempre la misma y no se puede ajustar.
Como ordenador para todo —como híbrido o dos en uno— tal vez el sistema operativo iOS necesita una puesta al día que aproveche mejor las nuevas capacidades y prestaciones.
En cambio como tableta el iPad Pro de 9,7" no tiene rival. Excepto el iPad Air 2 que sigue siendo una tableta brillante, más asequible y que resulta igual de satisfactoria.
Aunque teclados para iPad han existido desde el principio de los tiempos, el teclado Smart Keyboard de Apple es el primero de la casa que va incorporado en la funda Smartcover. Es un teclado cómodo aunque hay que acostumbrarse a él. Las teclas tienen recorrido, lo cual es de agradecer. Tanto recorrido de tecla no es habitual en este tipo de teclados.
El teclado de la Smartcover (169€) se conecta físicamente al iPad Pro, por lo que no es necesario cargarlo ni conectarlo por Bluetooth: basta con colocar el iPad Pro y listo, a funcionar.
La separación de las teclas es adecuada en términos absolutos, pero no lo es tanto teniendo en cuenta que ese espacio entre teclas se podría (debería) reducir y aprovechar para dar más superficie a cada tecla y el resultado sería incluso mejor.
Por cierto que el Smart Keyboard no tiene las teclas rotuladas en español. Aunque el teclado se puede configurar como teclado en español —pudiendo escribir tildes y eñes y demás— por los 169€ que cuesta el Smart Keyboard tal vez no sea la mejor opción, más aún teniendo en cuenta la cantidad de opciones que hay ahí fuera.
A cambio el Smart Keyboard se conecta al iPad Pro físicamente, mediante un pequeño conector específico que es novedad en los iPad Pro — esto tiene varias ventajas: el teclado se alimenta de la batería del iPad Pro, por lo que nunca hay que cargar el teclado y la conexión física evita lidiar con la conexión Bluetooth, que queda libre para conectar el Apple Pencil, por ejemplo.
Onshape es una app de CAD 3D profesional que aprovecha la potencia del iPad Pro y la funcionalidad del Apple Pencil.
De modo que si estás acostumbrado a teclear y sabes dónde queda cada tecla aunque no estén rotuladas, la opción del Smart Keyboard si puede ser adecuada.
En algunas de las fotos que ilustran esta anotación hay dos aplicaciones en pantallas que representan perfectamente las capacidades del iPad Pro. Una de ellas en Onshape, que es una aplicación de CAD en 3D, como el Autocad de toda la vida y que en el iPad Pro funciona con total alegría.
Otra app probada se llama Gravity Sketch y permite crear directamente figuras en 3D en el iPad que sirven como modelos 3D y para imprimir en 3D.
Otro ejemplo probado es Scanbot, una app que, usando la cámara del iPad Pro «escanea» documentos y hace el procesado OCR: convierte el texto de la imagen, como un factura o la página de un libro, en texto editable en unos pocos segundos. No hace tanto este tipo de tareas requerían ordenadores grandes y potentes y tener mucha más paciencia de la que es necesaria para hacer exactamente lo mismo con un iPad Pro.
Película y juegos ganan muchos enteros gracias al sistema de audio con cuatro altavoces.
Una de las mejoras que eran más necesarias y que el iPad Pro resuelve perfectamente respecto a modelos anteriores tiene que ver con los altavoces, con el audio.
El iPad Pro resuelve el problema de que los altavoces puedan quedar tapados con las manos o con el vientre o de otro modo según cómo se coja o según cómo se coloque el iPad: con cuatro altavoces, dos a cada lado el audio siempre es el adecuado, alto y claro — independientemente de la posición del iPad. El sonido es realmente mejor.
Otra mejora tiene mucho que ver con el uso del iPad Pro como dispositivo para la edición de vídeo (tiene la capacidad para editar vídeo en 4K) y de fotografías, incluso en «raw»: la función True Tone ajusta continuamente y sobre la marcha, en tiempo real, el balance de blancos.
True Tone es algo parecido a tener un monitor que se mantiene permanentemente calibrado: tiene en cuenta el «color» de la luz ambiente para ajustar los parámetros de color de la pantalla.
La función True Tone es acertada y se incorpora además de los habituales ajustes de intensidad de brillo en función de la cantidad de luz y también del ajuste del color de la luz de la pantalla según la hora del día para no «alterar el sueño». Esta función en cambio es de dudosa validez.
El Apple Pencil (109€) es una de las novedades más aplaudidas del iPad Pro por su precisión y buen funcionamiento.
El Apple Pencil permite hacer trazos, de dibujo o escritura o para aplicar efectos en fotografías, con bastante precisión y sin apenas retardo, lo que significa que los trazos hechos con el puntero se muestran como trazos casi al instante.
El lápiz es sensible a la presión, por lo que según la fuerza ejercida con el Apple Pencil sobre la pantalla el trazo será más grueso o más fino; o el color a aplicar será más o menos intenso, dependiendo del uso que se esté haciendo.
La punta del Apple Pencil se cambia fácilmente. El paquete trae una de repuesto. Se echa en falta un espacio en el que guardar el Apple Pencil cuando no se está utilizando, aunque sea en la funda.
Un aspecto sorprendente del Apple Pencil es que basta con ponerlo a cargar unos pocos segundos y la batería dura días, según el uso que se haga de él. Afortunadamente, porque para cargarlo hay que enchufarlo por la parte posterior en el puerto de carga del iPad Pro — lo cual es muy práctico pero también es raro.
El Apple Pencil es un accesorio opcional que cuesta 109€.
La cámara del iPad Pro es parecida a la del iPhone y, del mismo modo, cuenta con un flash «Retina» con dos ledes para ajustar la temperatura de color del flash dependiendo de la luz ambiente: con esto se consigue que la luz de flash se integre con la luz de la escena, consiguiendo así fotografías más naturales — tanto que si se es un poco habilidoso apenas se notará el uso del flash.
Respecto al iPad Pro de 12,9 pulgadas, las dos cámaras del iPad Pro de 9,7 pulgadas ganan en resolución: la cámara frontal llega hasta los 5 megapíxeles y la cámara trasera o principal hasta los 12 megapíxeles. En el caso del iPad la resolución de la cámara y su buen rendimiento con poca luz beneficia mucho su aplicación como escáner y OCR, por ejemplo.
Técnicamente este iPad Pro es el sustituto natural del iPad Air 2. El nuevo nombre tiene mucho que ver con una reorganización de la línea iPad, pero también es una declaración de intenciones: «un iPad Pro puede ser todo el ordenador que necesites». Aunque, como comentaba al principio, esto tiene mucho que ver con para qué y cómo utilices un ordenador.
También depende de durante cuánto tiempo cada día lo utilices: el tamaño del iPad Pro (incluso del modelo con pantalla de 12,9 pulgadas) y los limitados ajustes ergonómicos no lo hacen el ordenador ideal para usar durante horas ni durante largas jornadas de forma continua y habitual.
También hay que considerar que el precio base del iPad Pro de 9,7 pulgadas son 679 euros (el modelo de 32 GB + wifi y de hasta 1189 euros el modelo 4G con 256 GB de capacidad), un precio que se solapa con varios modelos del portátil MacBook Air.
Hoy un MacBook Air se considera un ordenador «de verdad», pero no hace tanto los portátil y ultraportátiles se consideraban ordenadores complementarios y accesorios a un ordenador de sobremesa que entonces era el ordenador «de verdad». Ya no. De modo que es totalmente razonable pensar que ordenadores híbridos y tabletas como el iPad Pro serán también el ordenador.