He estado un tiempo usando como tableta principal un iPad Pro que nos prestó Apple junto con sus complementos. Con solo verlo se aprecia que este buque insignia de la flota del iOS tiene carácter propio, aunque no es un dispositivo para todo el mundo: su precio (900€ en adelante) y sus peculiares características lo hacen muy adecuado, pero quizá especialmente para cierto tipo de tareas: lo encuentran muy útil quienes buscan altas prestaciones en diseño y creatividad, o quien no le importa pagar más por un plus de lujo en lo cotidiano.
Pero por coger el toro por los cuernos y responder rápido a la pregunta del millón: no, el iPad Pro no reemplaza a un portátil. Aunque el hecho de que sea una máquina exagerada por su potencia y características e incluso podríamos decir lujosa lo hacen indudablemente atractivo.
Un resumen rápido
Si tuviera que explicar el iPad Pro y sus características más llamativas en dos minutos diría simplemente esto:
- Potencia desatada. Los cambios de procesador y memoria se notan con solo tocarlo: cambiarse al iPad Pro es como conducir un deportivo después de haber ido conduciendo toda la vida un turismo. Cualquier app funciona como un cohete, algo especialmente notable en las que usan fotografías de alta resolución y vídeos.
- Es muy pesado y, por desgracia, algo incómodo. Es el peaje a pagar por llevar un maquinón como «dispositivo principal» todo el tiempo. La incomodidad tiene que ver con la forma de usarlo: si se trabaja con el lápiz lo natural es sujetar la tablet con una sola mano. Pero incluso utilizándola sin lápiz con ambas manos es difícil «encontrar la postura cómoda», ya sea sobre la mesa, las rodillas o en el sofa. A lo largo eso puede ser un problema.
- La batería dura… y dura. La autonomía de la batería es realmente espectacular, aguantando más de un día (10h+) sin problemas a nada que se cuiden un poco las conexiones y no se instalen apps «trampa» comebaterías. La carga también lleva su tiempo, pero cargándolo por la noche hay energía de sobra para todo el día siguiente.
- La pantalla es estupenda, colosal, espectacular. Es llamativa para una tableta; no tanto por la resolución como por el gran tamaño y superficie útil. Las fotos, vídeos e incluso la mayor parte de las imágenes de páginas web, periódicos y los vídeos adquieren una nueva grandeza. E incluso con el brillo a «mitad de potencia» se ve estupendamente. Solo por esa calidad de imagen puede merecer la pena para ciertos profesionales.
- El lápiz es una maravilla. Usándola con las apps apropiadas es lo más parecido a la experiencia de dibujar a lápiz que he experimentado en mi vida. La prueba definitiva es dejarse llevar y realizar con «memoria muscular» los garabatos que acostumbres dibujar en ratos muertos: el resultado es prácticamente el mismo que con un lápiz, bolígrafo o rotulador sobre las hojas de un papel.
- El teclado es aceptable. Funciona bien, tiene un exquisito tacto y están perfectamente resueltas la conexión magnética y el plegado. Pero no deja de resultar algo aparatoso y de añadir más peso. Por desgracia tanto el teclado físico como el de pantalla (en justicia, esto es debido al iOS) siguen teniendo problemas absurdos de interfaz y muchas veces aparecen infinidad de opciones y teclas… menos las de los signos que buscas (o la eñe, ¡ay!) lo cual resulta un tanto frustrante. En resumen: si lo olvidas o lo guardas en un cajón no lo echas de menos.
- Poderosos altavoces. Los iPad siempre han tenido buenos altavoces, pero los del iPad Pro son todavía más potentes y se oyen estupendamente en todas las frecuencias a un volumen espectacular. Quienes consideren que esto es importante en una tableta lo pueden dar por sobresaliente.
- Las apps: otra forma de verlas. La mayor parte de las apps de dibujo y creatividad son sencillamente espectaculares en el iPad Pro: desde la básica Paper/53 (simple y potente) a Procreate (muy artística y espectacular) pasando por toda la colección de apps de Adobe perfectamente adaptadas: Photoshop Mix, Fix, Adobe Sketch y Comp. También están Canva y Sketchbook de Autodesk.
- … y lo peor. La asignatura pendiente del iPad Pro es que meses después se siguen echando en falta más apps que aprovechen toda su potencia. Por poner algunos ejemplos: la pantalla multitarea de dos apps (Split View) o la función PinP (Imagen dentro de imagen, para ver vídeos «en segundo plano») no parecen ser apreciadas por los desarrolladores. ¿Qué sentido tienen si luego YouTube o Netflix no las aprovechan? Sea culpa de unos o de otros el resultado es una nota de debe mejorar.
Un potente hardware
Las especificaciones del iPad Pro son tan poderosas que asustan: una pantalla Retina de 12,9 pulgadas y 2732 × 2024 píxeles con una densidad de 264 píxeles por pulgada (5,6 millones de píxeles en total) establece el récord para los dispositivos iOS – por no hablar de que se come a la de muchos portátiles del mercado. Además incluye detalles mejorados en la frecuencia de vídeo y gestión del color. El brillo es tan bueno que casi cualquier otro dispositivo que se ponga al lado palidece en comparación.
El corazón del iPad Pro es un procesador A9X de tercera generación, que lo hacen más potente que casi cualquiera de los equipos Apple, tanto móviles como de escritorio. Es el doble de rápido que el anterior iPad Air 2 –que ya era rápido– y, como dato curioso, puntúa ×360 veces más rápido en gráficos que el iPad original. Quienes quieran un bonus adicional: arranca como un cohete, en menos de 15 segundos.
En cuanto a hardware también se han incluido cuatro altavoces «inmersivos» en vez de dos, un conector especial para el teclado, cámara de 8 Mpx (si acaso alguien quiere hacer vídeos levantando ua tableta-ladrillo-gigante sobre la cabeza, cosa que dudo), Touch ID y wifi 802.11ac para aprovechar las conexiones más rápidas. En las pruebas con la fibra óptica alcanzó sin problemas 280 Mbps (de 300). (Los ingenieros encontrarán curioso que pueda llegar hasta 866 Mbps en ciertas redes.)
Apple Pencil
Tras rectificar, reconsiderar o comerse sus palabras –que cada cual elija la terminología– Apple añadió finalmente un lápiz al iPad. Pero no es un lápiz cualquiera; el Apple Pencil es un chisme tecnológicamente poderoso en sí mismo: incluye sensores de presión, giroscopio, batería… Se recarga mediante un minúsculo adaptador Lightning, o bien se puede insertar en el conector del propio iPad Pro para recargas de emergencia (15 segundos para 30 minutos de uso). Una solución McGyveriana y estéticamente horrible, pero reconozcamos que muy práctica.
El tiempo de respuesta del Apple Pencil es espectacular (unos 4 ms) y esto hace que se pueda dibujar de forma muy natural. Las aplicaciones mencionadas anteriormente cobran una nueva vida si se usan con el lápiz; de hecho tener que volverlas a usarlas con el dedo supone todo un sufrimiento. Ningún creativo debería dejar de probarlo, aunque sea para experimentar la sensación.
Smart Keyboard
El teclado del iPad Pro tiene un diseño bastante redondeado y elegante, con teclas mecánicas a tamaño completo, sin cables y es resistente al agua. Se une a la tableta de forma magnética y queda perfectamente apoyado, dándole un «aspecto de portátil» bastante curioso. Pero esto no lo hace ser un portátil: si se usa en esa configuración será inevitable echar de menos el ratón, y el puntero y las aplicaciones tradicionales de OS X – pues las de iOS siguen siendo versiones un tanto descafeinadas.
Y es que aunque se ha hecho un muy ingenioso trabajo para que con atajos de teclado se puedan activar muchas de las funciones de las apps de iOS volvemos a la situación de siempre: si las apps están adaptadas y lo soportan, todo bien, pero si no se acaba teniendo que mover las manos del teclado a la pantalla, apretar y esperar la respuesta, de vuelta de la pantalla al teclado… y esa no es la idea. En esta asignatura pendiente no solo Apple, sino de todos los demás fabricantes, se siguen necesitando mejoras.
Complementos
El iPad Pro es un poco como el esquí: y te podrías gastar cantidades ingentes de dinero en complementos de todo tipo aparte del propio dispositivo: cargador extra, cables, adaptadores… Los más destacados y casi obligatorios son el Apple Pencil (110€) y el Smart Keyboard (180€). También hay diversos tipos de fundas, pero la funda de silicona (90€) va bastante bien y a la vez protege de pequeños golpes la zona del cristal, sirviendo también de punto de apoyo para ponerlo de pie en la mesa.
Conclusión
Los precios del iPad Pro empiezan para el modelo básico con 32 GB de almacenamiento en 900 euros (IVA incluido) subiendo a 1100€ para 128 GB y a 1200€ con opción celular: queda claro que el iPad Pro tiene un precio propio de equipos profesionales y de muy alta gama. De hecho si se le añaden lápiz, teclado y una funda –que sería lo normal, si no casi mejor comprarse un iPad Air– esta supertableta se pone en 1600€. Quizá no sea comparable con otras opciones –tampoco con un portátil– pero está claro que se está pagando por la última tecnología, poderío y mucho diseño.
En cualquier caso las herramientas para profesionales no suelen medirse por unos cientos de euros o arriba o abajo: simplemente es más eficiente y productivo comprar lo que funciona y lo más potente que haya disponible en cada momento. O lo que mejor esté integrado con el resto de herramientas del día a día: el software de Adobe, los servicios en la nube, las apps más punteras. Me imagino que un creativo que quiera aprovechar toda la potencia gráfica del iPad Pro, utilizarlo como herramienta principal (y puede necesitarlo muchas horas al día) o estar «un paso por delante» no pensará que unos cientos de euros en el precio son el problema.
Ya he explicado por qué da la impresión de que el iPad Pro no va a reemplazar a los portátiles en otros terrenos (software de productividad, apps de servicios de internet, desarrollo). Simplemente no es todavía práctico como «herramienta ofimática completa», aunque puede que no tanto por la tableta en sí como por las limitadas apps de iOS.
En CNet se preguntaban: ¿Puede el iPad Pro reemplazar a un portátil? La respuesta era un no, pero sí (!?) El vídeo es estupendo en cualquier caso para «ver el iPad Pro en acción en tiempo real» – algo que siempre conviene hacer, ya sea en alguna visita a los amigos o en cualquier tienda, porque el iPad Pro y especialmente el Apple Pencil convencen por sus sensaciones, no solo por sus características sobre el papel.